Que Gustavo Petro y Susana Muhamad digan cuáles son sus metas en mitigación y adaptación del país al cambio climático, lo de verdad urgente, porque en esto es posible avanzar –si el gobierno trabaja a su favor, como es obvio– y dejan su falaz y perniciosa demagogia sobre la transición energética en Colombia.
Sin salirse del estilo han podido crear una letra inspiradora que construyera, que apostara por volverse trascendental y convertirse en un himno colombiano del género. Pero no, el “flow” no les dio para más que una borrachera, perreo entre pepas, trago y vicio con una de “forteen”.
Se demostró que los influencers jugaron un papel definitivo y efectivo en su campaña, posicionando el mensaje del candidato y manejando al votante para llevarlo alegremente a las urnas. También se comprobó que los artistas y actores tienen seguidores, pero no votos.
Sus calzadas están deterioradas, los bulevares y glorietas construidos por urbanizadores privados se encuentran descuidados y sin jardines, tampoco hay parques ni buenos campos deportivos para esa numerosa comunidad. Hay puntos con una incómoda y desagradable problemática de aguas pluviales que se ha agravado con la construcción de “La Gran Vía”.
Hoy rechazamos muros que no dejan entrar extranjeros, pero siempre revelan extraordinaria crueldad los que no dejan salir a sus propios habitantes.