Desde hace por lo menos una década, en el mundo se encendió la alarma por el mal uso que se hace de los antibióticos, lo cual ha llevado a que estos pierdan su potencial para el tratamiento de infecciones bacterianas. Recientemente, la Organización Mundial de la Salud (OMS) publicó una lista de 12 familias de bacterias que representan la mayor amenaza para la salud humana, entre las cuales la organización resaltó las que ya han mutado hasta volverse resistentes a múltiples antibióticos.
El problema que esto supone es que para poder crear oposición a un antibiótico, las bacterias, por similitud farmacológica, se terminan volviendo usualmente resistentes no solo a uno, sino a un gran grupo de antibióticos. A su vez, estos gérmenes pueden compartir esas propiedades de resistencia con otros que no las tienen.
De acuerdo con Diego Viasus, PhD en enfermedades infecciosas y profesor de Medicina de Uninorte, se está dando una aceleración de este problema a nivel mundial principalmente por la utilización inadecuada de antibióticos, tanto en el ámbito médico como en el ámbito veterinario. Esto incluye la automedicación por parte de los pacientes y los usos errados en cuanto a la administración, duración del tratamiento y dosis tomada.
Sin embargo, dice que hasta ahora no se había prestado mucha atención. 'Ya tenemos personas que se mueren por gérmenes multirresistenes para los cuales muchos de los antibióticos no funcionan. Lo que se espera es que vaya aumentando la frecuencia y por tanto la mortandad que puedan causar las infecciones ocasionadas por estas bacterias', agrega Viasus, quien lidera el Comité de Inspecciones del Hospital Universidad del Norte.
¿Cómo combatirlo?
Hasta el momento se han realizado esfuerzos internacionales para la generación de políticas de utilización adecuada de antibióticos. Varias de estas referentes a la enseñanza del uso adecuado por parte de médicos y de pacientes, la limitación en su utilización y la preferencia de escoger los que tengan un espectro más pequeño, que tengan menos daño colateral.
El llamado de la OMS es a promover la investigación y el desarrollo de nuevos antibióticos. Sin embargo, para superar este problema de salud pública, los expertos plantean que la solución debe venir desde varios frentes. Además de la creación de nuevos antibióticos, hay que atacar el problema de raíz, a través de controlar la aceleración de la resistencia a los antibióticos.
El principal factor a combatir es el uso inadecuado. Cuando las personas se autoformulan antibióticos y los toman para enfermedades como resfriados comunes, que no deberían ser tratados con estos medicamentos, hacen que sus bacterias se sometan a un proceso de estrés evolutivo. Cuando estas perciben que las están atacando, su genoma empieza a mutar. Allí es donde empieza la resistencia.
Neumonía, meningitis, endocarditis, infecciones del tracto urinario, de piel y tejidos blandos, son algunas de las enfermedades que suelen generarse por infeccionas bacterianas. Según Viasus, hay algunas que tienen una tasa de mortalidad mayor. 'Una neumonía, dependiendo del tipo, puede tener hasta el 40% en pacientes ingresados, mientras que una infección por vías urinarias generalmente es menor del 5%'.
Un problema de salud
Hernando Baquero, decano de Salud de Uninorte, cuenta que los efectos de que los antibióticos pierdan su potencial médico ya se está viviendo en las unidades de cuidados intensivos y en los hogares de ancianos.
'Ya es un problema de salud. Ya tenemos algo concreto respecto a la aparición de este tipo de bacterias. Estas llegan a ser tan importantes ahora en término de mortandad porque hay más acceso a los servicios de salud, más unidades de cuidados intensivos. Se tiene más oportunidad de contraer infecciones nosocomiales', señala Baquero, pediatra y neonatólogo.
Baquero insiste en que el control de los antibióticos en los centros de salud es clave. Para lo cual considera indispensable que en los hospitales haya un comité de inspecciones que lleve un seguimiento riguroso de los antibióticos usados mes a mes, el tipo y los pacientes a los que se les prescriben, entre otras cosas.
'Cuando aparece un cultivo que es medio resistente enseguida se deben rotar los antibióticos para evitar que esa bacteria se vuelva resistente a ese tipo de medicamento', expresó.
La contratación de profesionales cualificados, así como estrictas normas de higiene, también fueron resaltados por decano. 'Si el paciente va a sitios en donde no tienen los procedimientos ni el personal adecuados, donde no utilizan materiales desechables, donde evaden la ley haciendo cosas que no deben, termina ayudando a que se genere un sinnúmero de infecciones', manifestó.
Estudio
El Gobierno británico, el AMR Review, abrió la reflexión sobre las medidas que se deben tomar para no llegar a lo que calculan de seguir como estamos: 10 millones de muertes anuales por causa de estas bacterias a partir del año 2050; en la actualidad las muertes anuales son 700 mil. En contraste, el cáncer causa 8,2 millones de muertes anuales.
*Información de Uninorte.