En el mundo se hablan más de seis mil lenguas. La necesidad de comunicación es innata del ser humano quien, a lo largo de su historia, ha explorado un sinnúmero de posibilidades para expresarse y hacerse entender frente a los otros. Junto a las nuevas tecnologías se popularizó el uso del emoticono o emoji que busca ser, precisamente, un modelo de comunicación universal.
Según la Real Academia Española, un emoticono es una 'representación de una expresión facial que se utiliza en mensajes electrónicos para aludir al estado de ánimo del remitente'. La palabra se propuso para el acrónimo en inglés emoticon, que es una combinación de las palabras emotion (emoción) y icon (ícono).
La comunicación hoy se hace, en gran parte, a través de estos íconos que, por medio de expresiones, gestos y representaciones, dan significado a toda la carga emocional que, por medio de una conversación impersonal que se haga utilizando como plataforma un medio electrónico, no podría traducirse en palabras.
Para Mercedes Sánchez, coordinadora de los equipos del Corpes XXI de la Real Academia Española y quien comparte la autoría del libro El español en la red, junto a Guillermo Rojo, señala que 'los emoticones nacieron, precisamente, como apoyo al lenguaje escrito, como ayuda para interpretar algo que la lengua escrita no podía representar, sustituyendo de este modo al gesto de la lengua oral: alegría, tristeza, sorpresa'.
Pero, ¿cómo se decide que representaciones serán compartidas al rededor del globo terráqueo?