Spotify superó los 60 millones de suscriptores, reforzando su posición líder en el mercado, según cifras publicadas el lunes en la página en internet de esta plataforma de música en streaming.
El servicio sueco de música a demanda mantiene un ritmo sostenido de crecimiento, con una ganancia neta de 10 millones de suscriptores de pago en cinco meses y de 20 millones en apenas 11 meses.
Spotify dice contar, en total, con 140 millones de usuarios activos entre los que pagan y los que no.
El principal competidor de Spotify, Apple Music, avanza también rápidamente, pero dado que comenzó más tarde, en junio de 2015, sigue estando muy por detrás del gigante sueco.
A principios de junio, el presidente y director ejecutivo de Apple, Tim Cook, anunció que su servicio de música en línea contaba con 27 millones de suscriptores, contra 20 millones a principios de diciembre.
El mercado de la música en streaming por suscripción se resume ahora, en esencia, a un duelo, en tanto los demás participantes se sitúan lejos de los dos principales.
Según un estudio publicado por la firma especializada MIDiA, la francesa Deezer se ubicaba, a finales de 2016, en el tercer lugar, con 6,9 millones de abonados.
Spotify cerró a principios de julio un convenio de difusión con el sello discográfico Sony Music, según varios medios estadounidenses, poco después de llegar a un acuerdo con otro peso pesado de la industria, Universal Music, en abril.
La plataforma está en negociaciones con el tercer y último gran actor de la industria de la música, Warner Music, de acuerdo con varios medios.
Un acuerdo entre ambos eliminaría el último obstáculo importante para la entrada de Spotify en la Bolsa.
Dando prioridad a una política de crecimiento de su volumen de negocios y de su cartera de suscriptores, Spotify ha visto aumentar sus ingresos un 53% en 2016, a 2.900 millones de euros, pero registra una pérdida neta de 539 millones de euros, según cifras publicadas en junio por el holding luxemburgués Spotify Technologies.
Desde su creación en 2006, el grupo nunca ha conseguido generar ningún beneficio neto, pues la mayor parte de su facturación acaba en manos de los propietarios de los derechos, como los artistas, productores y casas discográficas.