Recorren el mundo para vivir esos pocos segundos de oscuridad que les dan emociones únicas: los cazadores de eclipses, un grupo de científicos, son adictos a un fenómeno que se preparan para presenciar una vez más en Estados Unidos.
El lunes, por primera vez en 99 años, un eclipse total de Sol cruzará Estados Unidos, sumergiendo en la sombra una franja diagonal que va del noroeste al sureste del país, y provocando una espera casi insoportable para estos 'sombrófilos'.
'El comienzo repentino del crepúsculo fue tan surrealista y tan electrizante', recuerda Fred Espenak sobre el primer eclipse total que presenció en Estados Unidos en 1970.
'Es un evento absolutamente increíble, una especie de explosión sensorial', dijo a la AFP este astrofísico que trabajó en la NASA.
Y ni bien el Sol recuperó su magnanimidad en el cielo, este retirado de 65 años comenzó 'a pensar en futuros eclipses'
Espenak, cuyo apodo es 'Mr. Eclipse', ya ha visto veinte. Y cada uno de ellos, asegura, es único: la forma en que cae la oscuridad en pleno día, el murmullo de las aves que regresan a sus nidos, la temperatura que cae repentinamente.
El más memorable, dice, es el que vio en India en 1995 en compañía de un grupo de 35 personas, incluyendo una mujer que rompió en lágrimas frente a la fugacidad del eclipse: 25 años de espera para 41 segundos de oscuridad. Los dos enamorados de los eclipses están ahora casados.
- Récord del mundo -
Para el 'Gran Eclipse estadounidense' del 21 de agosto, Espenak prevé dirigirse a Wyoming, en el oeste, con 17 cámaras de foto. A los no conocedores, no obstante, él les sugiere no imitarlo: 'Véanlo y disfrútenlo simplemente. Hay tanto para observar'.
Para el común de los mortales que asisten a un eclipse, la oscuridad dura alrededor de un minuto, a veces dos.
Pero en 1973, duró 1 hora y 14 minutos para Donald Liebenberg, un récord mundial que consiguió siguiendo la trayectoria del eclipse solar total desde un Concorde, a una velocidad supersónica.