Entre un computador portátil y uno de escritorio hay diferencias, por muy sutiles o pequeñas que parezcan. Para los jugadores, desde los competitivos hasta los que le dedican parte de su tiempo libre, el hecho de sentarse frente a la pantalla no es tan sencillo como parece, pues hay diferentes condimentos que entran literalmente en juego.
Además de las diferencias más evidentes como la movilidad, el confort y rendimiento, un gamer es consciente de las ventajas y desventajas que le ofrecen los equipos de escritorio sobre los portátiles, o viceversa, dependiendo el contexto y sus objetivos.
Aunque la acción de jugar en el computador sea la misma, son varios los elementos, como el precio, que decantan la balanza hacia un lado u otro.
A diferencia de comprar una consola de videojuegos, sea Xbox One, PlayStation 4 o Nintendo Switch, el computador resulta plenamente personalizable, como también lo son las configuraciones gráficas y de rendimiento de los juegos instalados en el equipo.
Por ejemplo, en una consola de sobremesa, el rendimiento del videojuego está limitado por las especificaciones del equipo, muchas veces inferiores a la actual generación de computadores. Pero a la hora de jugar en PC, el espectro de opciones y piezas es tan amplio y generoso que puede resultar abrumador e intimidante.
Es por eso que configurar o ensamblar un computador de escritorio puede ser un problema para aquellos que no sepan qué comprar o cuánto pagar. Por el contrario, adquirir un portátil, respaldado por una marca y un diseño ya establecido, termina siendo más sencillo, aunque a veces más costoso.
Con el creciente apogeo de los portátiles gamer en Colombia, auspiciado por marcas como Asus, Acer, HP, Msi o Alienware, las dudas sobre qué ventajas o desventajas puede tener un computador de este tipo sobre uno de escritorio pueden asaltar a varios de sus potenciales compradores. Así mismo, para los jugadores, a veces no solo resulta en una cuestión de preferencias, sino también de costos y rendimiento.