Carlos Vives celebra hoy en Santa Marta cincuenta años de vida. El artista se encuentra feliz y en familia compartiendo los frutos de una aclamada carrera al servicio de la música y el arte.
Se arriesgó a incluir guitarras eléctricas, bajos y baterías de rock que introdujo a los vallenatos tradicionales, una fusión jamás imaginada hasta entonces, y a su vez, hizo una reivindicación de las líricas populares.
Su más reciente trabajo Clásicos de la provincia II, lanzado en Colombia en 2009, fue todo un éxito con más de 40.000 copias vendidas en el primer día, allí Vives volvió a apostar por revivir temas clásicos del folclore vallenato. A lo largo de su exitosa carrera, Carlos Vives con una guitarra al hombro, shorts de blue jean, sandalias y pelo largo, le ha traído a Colombia un Grammy anglo y tres Grammy Latinos, que lo han convertido en un orgullo nacional.
¿Cómo es la vida cotidiana de Carlos Vives? ¿Qué actividades hace?
Soy un animal de costumbres y siempre he tenido una rutina en mi vida. Nací en una ciudad donde el deporte siempre esta a flor de piel y en una familia bastante trabajadora. Estoy educado para la acción y mi profesión me ha exigido estarlo en todo momento. He tenido una disciplina, que aunque a mi estilo, nunca la he abandonado.
Su Twitter es uno de los más populares en Internet ¿Cómo ha sido su experiencia con las redes sociales?
Mientras las voy descubriendo las redes sociales tienen una dinámica muy interesante. Lo que más me gusta de ellas es el contacto directo con la gente y es lo que más disfruto. Y me gusta tener el espacio para poder compartir con personas que se toman el tiempo para enviar buena energía. Por supuesto tengo claro también que es un excelente medio de propaganda.
¿Cómo recibe estos primeros cincuenta años?
¿Cuáles 50? (Risas).
¿Cómo ha logrado mantener su excelente estado físico?
He vivido en una comunidad muy deportiva, el deporte siempre fue para nosotros el mejor y más sencillo entretenimiento. Y para mi trabajo y el estilo de vida que escogí siempre hay que tener un buen estado físico.
¿Cómo ha conseguido ‘matar’ los años?
Gracias por la percepción de creer que soy un ‘come años’. Yo creo que lo mejor para que los años no se nos vengan tan encima, es no tener afán, porque los años después nos matan, y yo creo que si recuerdo mi infancia en Santa Marta recuerdo que los niños no teníamos afán de crecer. Hoy creo que en las ciudades ocurre todo lo contrario.
¿Cómo va a celebrar su cumpleaños?
Sabiendo que tengo tiempo para mí y para los míos. Devuelvo mis pasos aquí en Santa Marta. Me gusta leer, volver al mar, estar con mi papá y la verdad es que desde que nació Carlos Enrique, que fue el 6 de Agosto de 1992 celebro más su cumpleaños que el mío.
¿Ha sufrido de andropausia?
No tan rápido, todo a su debido tiempo, ni siquiera he preguntado cómo será esa vaina. Y para recordar una canción de Alejandro Lerner que ha sido en medio de mi historia, entre lágrimas y euforias, decirle a los lectores de EL HERALDO: gracias por acompañarme de cerquita, en los momentos más alegres y más tristes de estos años.
¿Qué le hace falta por hacer? ¿Qué planes tiene para el futuro?
Gracias a Dios tenemos mucho trabajo. Después de algunos años la industria sigue interesada en mi trabajo musical. Hay muchos países todavía que esperan nuestras canciones y nuestros conciertos. Saber esto es algo que todavía nos mantiene jóvenes y especialmente a mi compadre Egidio (Risas). Es posible que este año podamos hacer nuestro desconectado, porque la gente lo esta esperando hace mucho tiempo, otro álbum de canciones originales, y por supuesto, Clásicos de la Provincia y los que sean necesarios. Además trabajamos con el propósito de que el mundo reconozca a la cumbia como patrimonio de la humanidad y seguir en el proyecto de nuestro restaurante temático el Cumbia House.
Por Lina Robles Luján
lina.robles@elheraldo.com.co