En medio de preguntas la nueva Reina de los colombianos reveló: “Todo el tiempo me encomendé a Dios y le dije si esto es para mí, que así sea. Cuando me agarré de las manos con Magdalena, pensé lo que sea está bien para mí, porque eso es lo que Dios quiere”.
En la noche de su elección, luego de ser coronada como Señorita Colombia 2011-2012 y recibir felicitaciones de su familia, del comité de Belleza del Atlántico y de todos los que se volcaron al escenario, Daniella concedió una rueda de prensa e inmediatamente salió a saludar al pueblo cartagenero congregado a las afueras del Centro de Convenciones Julio César Turbay Ayala.
Allí fue recibida con beneplácito y en medio de aplausos saludó a quienes querían tener contacto con la mujer más bella del país. Antes de llegar al Hotel Hilton, donde era esperada por su comitiva, huéspedes y curiosos, la Señorita Colombia estuvo con el jurado. Ellos le contaron que fue una dura competencia entre mujeres muy lindas, pero que su carisma y empatía jugó un papel importante en la decisión, y que estas cualidades hacen parte de la personalidad de una Señorita Colombia que debe trabajar por y para la gente.
A las dos de la mañana, un coro improvisado entonó la primera estrofa del Himno Nacional y así se anunció la llegada de la Soberana nacional al hotel. Entró feliz y en medio de los gritos de euforia acompañada de su chaperona y de personas que le hicieron una calle de honor hasta el ascensor. Debió subir al piso tres a descansar con la satisfacción del deber cumplido. Antes de ir a dormir pensó: “no lo puedo creer, el sueño se me hizo realidad. Me acosté orgullosa y siempre pensando en la gente de Barranquilla, que sé que están tan felices como yo con este gran premio”.
Ayer, al despertar su primer pensamiento fue: “hoy es mi primer día como Señorita Colombia y va a ser espectacular, voy a dar lo mejor de mí. A partir de hoy esto se convierte en mi trabajo, uno de los más especiales que voy a tener por el resto de mi vida”.
Daniella llegó a Cartagena segura de lo que podía lograr y nunca bajó la guardia en su competencia por el título de Señorita Colombia. Se mantuvo siempre tranquila, positiva y pisando firme desde su llegada. Además de su belleza física y preparación, gracias a su carisma y soltura propia de la mujer costeña, estuvo siempre entre las favoritas del pueblo, los medios, sus compañeras y expertos en reinados. El jurado tuvo la última palabra y la eligió como embajadora de la belleza nacional.
Los encargados de elegir vieron en ella una representante bella, encantadora y con el perfil de la mujer integral que puede llevar la corona y la misión social del Concurso Nacional de la Belleza a todos los rincones del país y asimismo representar a Colombia en Miss Universo.
La Señorita Colombia afirmó que este título le llegó en el mejor momento de su vida. Tiene 23 años, está capacitada profesionalmente con una carrera de Comunicación Social y Periodismo y una especialización en Desarrollo Organizacional y Procesos Humanos, a la que sacará el máximo provecho en beneficio de los colombianos. Está libre para asumir con compromiso, disciplina y amor su rol real durante un año.
Ratificó su compromiso de hacer un gran papel como representante de Colombia y de hacer grandes aportes al Concurso Nacional de Belleza, trabajar por su gente y obtener resultados.
Daniella dio a conocer que en el momento de la pregunta del jurado “no tuvo miedo, pero si le tenía respeto. Nos estigmatizan mucho por las respuestas, pero siempre tuve claro que en ese momento debía contestar lo que naciera de mi corazón. La pregunta que me tocó no fue complicada. Tomé aire y asumí las cosas con actitud positiva y ganadora”.
Enfatizó en que trabajará arduamente con el apoyo del Concurso para que los niños y jóvenes más vulnerables del país puedan formarse y desarrollar talentos desde diferentes manifestaciones artísticas.
De sus fortalezas para Miss Universo se refirió a todas las que demostró y le hicieron merecedora de la corona, pero seguirá trabajando y preparándose física e intelectualmente. Empezará a estudiar italiano.
Ya empezó una nueva etapa de su vida con compromisos con un país que cree y que empieza a querer a su Reina nacional.
Por Eliana Daza
Enviada especial a Cartagena
