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Las épocas de las preguntas sacadas como del Larousse Ilustrado o del Libro gordo de Petete, en el Concurso Nacional de Belleza, parecen haber quedado atrás. Poco importa a estas alturas si las reinas saben quién fue el creador de la penicilina o de dónde era Confucio. Con el tiempo, el jurado calificador que escoge a la mujer más bella de Colombia ha reducido su fama ‘rajadora’ para sacar su cara más amable al momento de hablar con las candidatas, siempre prevenidas antes de la decisiva cita, 'casi tomando valeriana', como apunta Antioquia.

Pese a los perfiles tan diferentes entre uno y otro jurado (Anabella Arauz, empresaria panameña destacada en el ámbito de las comunicaciones; el pintor francés Carlos Revilla; la diseñadora de joyas venezolana Jeanette Stampar; el músico ecuatoriano Juan Fernando Velasco y el economista mexicano Juan Manuel Diez) todos tuvieron un común denominador: la empatía con las 21 aspirantes, quienes calificaron, unánimemente, la entrevista como una 'conversación entre amigos'.

El proceso de paz fue el tema de actualidad nacional preferido por los evaluadores, que sondearon la percepción de las candidatas al respecto de los diálogos. En este tema una de las mejores libradas fue Magdalena, Oriana Galofre, egresada de Relaciones Internacionales, quien maneja un discurso sobre el tema sin sonar acartonada o excesivamente rebuscada, como Risaralda, que habló de 'los procesos de paz', cuando se trata de un solo evento concreto, en singular. Y la frase del remate, como sacada de Miss Simpatía, al estilo Sandra Bullock: 'que esto se resuelva y sea la paz para Colombia'.

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Después de su cita con el jurado, las 21 candidatas recibieron como obsequio la nueva camiseta de la Selección Colombia de fútbol, que fue lanzada el jueves.

Siguiendo con la línea del interés, Huila se anotó un ‘hit’ al proponer un tema más inmediato, como la invasión de los aviones rusos al espacio aéreo colombiano, dejando claro que le ha sacado el ratico a leer periódicos por estos días. Puede que ahí suba los puntos que le faltan en pasarela.

Hubo otras que, en cambio, resaltaron las cualidades de sus respectivos departamentos, como San Andrés, resaltando los dos océanos que bañan a nuestro país y la riqueza isleña escondida en medio de su mar de los Siete Colores. Del mismo modo lo hizo Bolívar, quien habló del primer pueblo libre de América, San Basilio de Palenque, o Chocó, contando las dimensiones del analfabetismo de su tierra.

Bogotá se animó a decir que Juan Fernando Velasco es 'un amor', pero su seriedad a veces podía intimidar, mientras que a Cartagena se le disipó la imagen dura de Anabella Arauz. 'Las miradas no lo dicen todo, terminó siendo la más relajada', anotó. Atlántico, por su parte, aprovechó para sacar provecho de ser políglota, y le regaló una frasecita en alemán a Juan Manuel Diez, otro de los jurados más temidos. Parece que al economista mexicano le gustó el gesto.

Si el asunto era ser irreverente, Norte de Santander hizo lo suyo. Se encargó de repetirles una y otra vez a los miembros del jurado que era la primera candidata en la historia del concurso en tener tres tatuajes, uno notoriamente visible en el torso. 'Me fue muy bien o me fue muy mal, pero no podía dejar de ser yo'.

Y el gran examen a la soltura y expresión ayer lo ganó Valle, con una voz seductora y una seguridad hasta intimidante para varias de sus compañeras. La vena artística de la valluna afloró cuando le tocó el turno de conversar con el pintor francés, pues el feeling poético y bohemio los conectó. 'Hablamos de los nombres de mis hermanos: Marco Polo, Cavylla, Luna del Mar y Juan de Atahualpa. Y algo de Don Quijote de la Mancha'.

Mostraron su físico. En la entrevista privada con el jurado también hubo momento para un breve desfile en traje de baño. 'Fue algo muy rápido', según Atlántico, y allí les hicieron registro, examinaron su piel y el contorno del cuerpo a través de varias tomas de perfil, con luces encendidas.