Compartir:

Si un dragón se hace amigo de un niño en Cómo animar a tu dragón; un muñeco descosido se levanta del piso y vive aventuras al estilo de Toy Story; un monstruo ojón estremece al público con sus fallidos sustos en Monsters o un pibe argentino se pone un esponja de aluminio en la cabeza para cambiar de peinado en Metegol, es gracias al cine animado.

Ese universo conquistado por Disney, llevado a la cumbre por la Cenicienta y La bella y la bestia, vuelto risa con Madagascar y sus geniales pingüinos y drama en obras como Spirit o Pinocho, en realidad tuvo un origen latinoamericano: en 1917 el ítalo-argentino Quirino Cristiani proyectó su película El Apóstol en Argentina.

Este dato cinematográfico, casi desconocido para la mayoría (Walt Disney promocionó Blancanieves y los siete enanitos, de 1933, como el primero en su especie), vuelve a cobrar importancia con el lanzamiento de la cinta animada Metegol, del también argentino José Campanella, ganador del Óscar a mejor película extranjera con El secreto de sus ojos.

Y con ello, vuelve a generar historias desde América Latina que solo en la animación son posibles. El sueño de hacerles la competencia a los grandes estudios no es tan descabellado cuando se analizan los avances tecnológicos del sector, de los cuales se benefician países sin mayor tradición animada como España, que consagró a Tadeo Jones , o Singapur, que produjo Ben 10.

E incluso Estados Unidos. El ejemplo más claro fue el estreno de Aviones, de Walt Disney Studios, derivada del universo de Cars, de Disney-Pixar. Hace siete años se requirió un presupuesto de 120 millones de dólares para llevar a cabo el proyecto de los autos parlantes. En su versión de aviones necesitó menos de la mitad (50 millones de dólares).

"PLANES" (Pictured) DUSTY. ©2013 Disney Enterprises, Inc. All Rights Reserved.

‘Aviones’, película norteamericana realizada con un presupuesto inferior a la mitad del de su predecesor ‘Cars’.

Su director, Klay Hall, reconoce la importancia que tuvo la tecnología en la realización de un filme que había sido pensado para salir directamente al mercado de las películas en video. 'El cine de animación no tiene límites, lo piensas, lo haces; la tecnología, por otra parte, te permite realizar cosas de mayor calidad, a medida que avanza lo hacen también las facilidades, se puede lograr más con menos'.

El filme realizado por Walt Disney Studios no es precisamente un ejemplo de austeridad: 50 millones de dólares es un presupuesto muy por encima del que se podría permitir cualquier director latino, incluso Campanella debió realizar su debut animado con 20 millones de dólares, pero la reducción en costos y el lógico aumento en rentabilidad es incuestionable.

Carlos Smith, samario especializado en animación por ordenador de la Universitat Pompeu Fabra de Barcelona, programa del cual también es docente y coordinador académico, asegura que lo más importante al realizar animaciones de calidad no es solo el presupuesto.

'Yo diría que en la actualidad lo que hace falta no es tecnología, pues la mayor parte del software y los instrumentos que se necesitan se pueden conseguir, lo que hace falta es formación'. En Colombia no hay muchos programas educativos especializados en este campo y, como bien explica Smith, sin perfeccionar el uso de las técnicas y herramientas existentes es difícil que se reproduzcan fenómenos como el de Metegol.

‘Animalario' de 3DA2 es un cortometraje nacional, ganador de múltiples premios internacionales

Para Smith sí existe un asomo de industria animada que empieza a echar raíces, respaldada por una política gubernamental de soporte al cine que se ha ido fortaleciendo. Este año, por primera vez el Fondo para el Desarrollo Cinematográfico entregó estímulos a cortometrajes y largometrajes animados en una categoría propia, por una suma cercana a los 1.400 millones de pesos.

El costo es alto, pero el cine de animación es uno de los más rentables. En Estados Unidos se realizan entre 600 a 800 películas anuales (según datos de Proimágenes Colombia), de estas producciones, una cantidad muy pequeña es animación.

Pero aún así, en toda su historia Disney-Pixar ha estrenado 14 películas en la gran pantalla, Dreamworks 27 y Disney Animation Studios 25 (contando solo desde la década de los noventa). Sin ser muchas, de las 30 películas más taquilleras de la historia del cine, cinco son animadas: Toy Story 3 (Disney-Pixar), El rey león (Disney), Buscando a Nemo (Disney-Pixar), Shrek 2 (Dreamworks) y La era de hielo 3 (20th Century Fox).

¿Razones para este éxito? Probablemente sea el hecho de que el género de la animación no es propiamente un género, sino más bien una tecnología aplicada a diferentes tipos de narraciones. Liliana Rincón, productora general del estudio bogotano de animación 3da2, explica que esta es una de las ventajas del cine animado, el público al que está destinado abarca una población de entre todas las edades.

El director Klay Hall, secunda esta visión. 'Creo que la animación es para cualquier edad y creo, por extensión, que debes intentar entretener tanto a niños como hombres'.

‘Cuentos de viejos’ , producción animada de HierroAnimación, fue premiada en el festival ComKids Iberoamericano.

Sin embargo, la infinidad de posibilidades de la animación encierra sus propios desafíos. 'En estas producciones trabajas solo con tu imaginación. El mundo que creas empieza desde cero, nada está ahí antes para que lo uses', asegura Liliana Rincón.

Las cifras ya están en el tablero: Metegol es la película más cara de la historia del cine latinoamericano, rompió todos los récords de taquilla en Argentina con más de dos millones de espectadores y en Colombia se posicionó en el segundo lugar de asistencia en su primera semana de estreno, solo por detrás de Thor 2. Perú acaba de producir Rodencia y el diente de la princesa y Colombia, con Pequeñas Voces, llegó al Festival de Venecia.

Al final lo más satisfactorio no esté en los números, sino en lo que Campanella publicó en Twitter tras el éxito de su película. 'Que Disney nos tenga miedo no tiene precio'.