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La Casa Real danesa ha presentado un nuevo retrato de familia que ha desatado polémica, sobre todo en los sectores más conservadores de la sociedad local. La pintura, realizada por Thomas Kluge, forma parte de la exposición Retratos reales, que se puede contemplar en el Museo del Palacio de Amalienborg. La Familia Real, como ha sido llamada la obra, es el primer retrato de familia desde Imagénes de Fredensborg, realizado por Laurits Tuxen en el siglo XIX y que representaba a Christian IX y la reina Luisa con su familia.

En esta nueva versión, Kluge vuelve a situar a la familia real en el Salón del Jardín del Palacio de Frendesborg. El sofá de estilo rococó en el que están sentados la reina Margarita y el príncipe consorte Henrik es el mismo de la imagen del siglo XIX.

Sin embargo, la diferencia radica en la atmósfera que rodea el cuadro, criticada en general por los medios de comunicación daneses, que han definido el estilo de la obra como 'hiperrealista', y con un tono sombrío, comparándolo incluso con un afiche de una película de terror o un trabajo de Photoshop mal hecho.

Las criticas más mordaces vienen de quienes han comparado su aire lúgubre con el de películas como El resplandor, y al príncipe Christian, hijo del heredero Federico y que aparece en el medio del cuadro, con el niño de La profecía.

Según un portavoz de la Colección Real Danesa, el objetivo de pintar en primer término al pequeño príncipe Christian, heredero del Heredero, y con apariencia severa era que pareciera 'consciente de sus futuras responsabilidades'.

‘Imagénes de Fredensborg’, realizada por Laurits Tuxen en el siglo XIX y que representaba a Christian IX y la reina Luisa con su familia. 

El artista, por su parte, confesó estar 'orgulloso' y 'un poco contento' por las reacciones que ha provocado el cuadro.

'Quería mostrar cómo la familia real es algo que pertenece al pasado, el presente y el futuro', afirma Kluge, quien añade que sus hijos no se han 'asustado' viendo la imagen.

La familia real es algo 'muy simbólico' para el pintor, que cree que las interpretaciones negativas del cuadro pueden obedecer también a que no muestra a Margarita II y su prole 'en una gala o tomando el té'.

Una vez que finalice la exposición, en marzo, el cuadro será traslado al Salón Amarillo del castillo de Fredensborg, en cuyas paredes colgará en el futuro, según ha informado la Casa Real, que permanece ajena a la polémica.