Durante esta época de fin de año los almacenes de vestidos de alquiler trabajan a toda máquina.
Un estrépito de lavadoras, máquinas de coser y planchas resuenan en los locales día y noche. 'Estamos trasnochando hasta las cuatro y cinco de la mañana para que el cliente pueda venir a retirar su prenda y le podamos cumplir', dice Nilson Brocate, asesor de ventas del almacén D‘Gala.
La razón de este arduo trajín se da por la temporada de grados de colegios y universidades, matrimonios y todo tipo de eventos sociales que se realizan en diciembre. 'Hemos atendido a colegios muy numerosos que hacen pedidos de hasta mil togas', explica Katia Molina, administradora del almacén Iberia.
En colores azul rey, blanco, verde y rojo (foto superior) se consiguen estos diseños de alquiler.
En cuanto a la tendencia de colores para togas que se están usando las opiniones están encontradas. 'Hay un color innovador que es el azul rey y nos tocó hacer un nuevo inventario, porque ya no dábamos abasto con ese color', señala el asesor, Nilson Brocate, mientras Katia Molina de Iberia, argumenta que 'el furor del momento es la toga roja, también está la tradicional azul turquí y se juega mucho con el color de los escudos del colegio y con base en eso creamos la toga'.
Graduarse de toga no es un requisito que cumplen todas las instituciones, algunos prefieren usar los atuendos tradicionales. 'También graduamos a promociones con vestido entero, camisa blanca tradicional y corbata negra. Además se usa el entero en beige, negro y la innovación en plateado', sostiene Brocate. El alquiler de un vestido entero está en la ciudad en un rango de 60.000 pesos hasta 350.000 pesos, pero todo se define según los accesorios que el cliente quiera llevar.
El esmoquin tropical es la tendencia de la temporada.
Largas filas. La semana pasada, los propietarios del almacén Iberia de la calle Murillo con 19 tuvieron que acudir a la policía, porque fue enorme la afluencia de estudiantes que fueron a recoger estas prendas que hasta terminaron derribando una de las rejas del local. 'Esto fue un carnaval. Los alumnos hasta encendieron totes el 7 de diciembre', recuerda Katia Molina.
El evento de recoger la toga se convierte para los estudiantes en un ritual y punto de encuentro para despedirse de sus compañeros de clase. 'Los chicos traen camisetas y las firman con marcadores entre todos con el nombre de la promoción del colegio. Ya es una tradición', concluye Molina.