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Lugares virtuosos

Tal vez usted no lo sepa, pero buena parte de las calles de Barranquilla no solo tiene un número: también tienen un nombre. Y muchas veces virtuoso. Si pudiera, por ejemplo, pasar de la calle 10 a la calle 12, vería salir El Sol y a pocos pasos se iluminaría porque vería La Luz. Si está en negociaciones por conflictos, nada más oportuno que ir a la calle 40, llamada La Paz, y buscar después La Concordia y la Cordialidad. Verá cómo su vida se arregla.

Los nombres más piadosos lo pueden volver un beato si pasa, respectivamente, por las calles 14 y 6: porque en la primera hallará La Fe, luego recibirá La Bendición y de paso ganará, en la calle 11, La Esperanza que le hacía falta para vivir en un barrio como El Milagro o el Buen Retiro. Si con eso usted sigue descarriado es porque ya no tiene solución.

Pero si por la 11 campea La Esperanza, por la 47D se respiran aires de Victoria y por la 48 cualquiera se embriaga de Felicidad. Si anda ansioso de dar o recibir, en la 13 campea La Caridad. Aunque en la apariencia se vean abandonadas, hay calles y barrios que aspiran a la grandeza, y que ostentan nombres como La Independencia, Libertad, El Porvenir o La Gloria.

Sin embargo, las dos que mejor compaginan entre sí son los barrios del Sur Occidente llamados El Silencio y El Romance. Esas dos complicidades siempre dejan algo bueno en la vida real, sobre todo si el silencio antecede al romance. Aunque en el primer barrio como tal no hay silencio sino música en las esquinas y El Romance no tiene lugares significativos para dar inicio a un encuentro romántico.

El santoral quillero

Si fuera por los santos que abundan en las calles y barrios, Barranquilla sería un lugar de pureza espiritual y alabanzas al viento en vez de casetas y picós por doquier. Pero ellos son inocentes y la responsabilidad es de los administradores. Por el lado femenino están desde Santa Rosa hasta Santa Teresa, pasando por Santa Isabel, Santa Helena y Santa Ana, mientras que por el lado masculino abundan los personajes del santoral, como San Vicente, San Antonio, San Pedro, San Rafael, San Roque, Judas, San Blas, San Juan de Dios, San Miguel, Santo Domingo y el infaltable San Isidro con el más infaltable San Francisco.

Por supuesto, está el pesebre completo, representado en barrios como San José y Santa María y calles como Jesús. Por si fuera poco, están las Tres Avemarías, La cruz y El Rosario y, por si no lo sabía, en la calle 47 está el Paraíso. No sobra adivinar que todos los anteriores viven en el barrio Villa Santos. Aunque tal vez algunos nostálgicos bíblicos se vayan a calles como Belén o Jerusalén, e incluso Oriente o Líbano.

La ciudad bucólica

Si la 28 se llama Almendra y la 39 Las Flores, si la 46B es Las Palmas y la 49 El Limón, no es extraño entonces que existan en una misma ciudad otras especies de la flora mundial y más bien pocas de la flora autóctona. Porque en Barranquilla abundan los paisajes dedicados a La Campiña, Los Alpes, Los Girasoles y Los Pinos, además de Los Rosales, Los Olivos y la Loma Fresca. Y nada dedicado a los trupillos, el matarratón, el mango, los guásimos o los pivijais. Lo más cercano son los Altos del Limón, La Ceiba y la Alondra que se posa en ellos.

Además, hay opuestos: si existe El Prado, también está El Bosque. Si se encuentra El Valle también se halla La Cumbre. Si existe La Sierra, ¿por qué no incluir también La Sierrita? Pues existe. Al igual que la Primavera y La Floresta, y el lugar en el que quizás viven todos los anteriores: Villa Flor. A esos los iluminan los barrios Lucero y Las Estrellas.

‘Tour’ mundial

Recorrer el planeta en un par de horas parece posible en Barranquilla. La 53 es el sitio de partida porque es la Avenida Colombia. De ahí hay que pasar a la 30 –la Boyacá– y conocer Chiquinquirá y otros lugares como el Pacífico, Nariño, Atlántico, Sucre, Providencia, Ocaña o las ciudades Cúcuta Cartagena, Bogotá y Medellín.

Si su itinerario es internacional, entonces el tour recomendado lo lleva por Venezuela y Caracas para pasar a Ecuador, Bolivia y Perú, saltar a Buenos Aires y conocer las insólitas Las Malvinas, y de ahí devolverse para recorrer San Salvador y Santo Domingo antes de llegar a las anglosajonas Tampa, California y Boston. Después de recorrer toda América (un barrio se llama así, por si las dudas), la idea es terminar en la no tan francesa versión de Lourdes, pero sin dejar de pasar por la cálida Andalucía.

Como el recorrido debe traerlo de vuelta a Barranquilla, nada mejor que rematar en los lugares de los nombres más insólitos de todos: Me Quejo, el lugar en el que todos rezongan por la dificultad de acceder a él; Pica Pica, quién sabe por qué extraña comezón; Salsipuedes, donde los que han podido sí se salen y el resto sigue amañado en sus calles; y… Por Fin. Así es: Por Fin. Y con Por Fin, por fin acabamos.

Nombres insólitos

Robert Deniro Jiménez

El pasado mes de mayo fue capturado por las autoridades Robert Deniro Jiménez Jiménez, alias el Samario, por el atentado con bomba molotov que ocasionó la muerte de las hermanas Yorleidis y Suney Prada Benítez, en Malambo. La noticia logró ser compartida más de 100 veces en la red social Twitter y más de 315 en Facebook por el curioso nombre que recuerda a un actor de Hollywood.

Kenny Rogers Niebles

Kenny Rogers Niebles Niebles es una de las tantas víctimas de Víctor Pérez De Alba, uno de los miembros de los Rastrojos-Costeños más buscados, capturado el pasado 10 de diciembre. Kenny Rogers, quien lleva el nombre de un actor y cantautor estadounidense, fue asesinado el 16 de noviembre de 2010 y solo hasta el 3 de marzo de 2011 fueron encontrados sus restos.

Desscliux Margiux Orozco Flórez

Desscliux Margiux Orozco Flórez, alias ‘el Soldadito’, presunto cabecilla de la estructura criminal de Los Rastrojos en el municipio de Fundación, Magdalena, fue capturado el pasado 30 de octubre. Al ’googlear’ su nombre solo aparecen 39 registros que llevan a su prontuario, lo que, al parecer, lo ubica como una de las pocas personas en el mundo sin tocayos a la vista.