La capa que lucen orgullosos en la espalda los bailarines de la danza del garabato es parte vital de su indumentaria. Es el reflejo de su personalidad, el mensaje que quieren transmitir y tan única como cada uno de los hacedores del Carnaval.
La danza del Garabato se remonta a la herencia de las tribus africanas durante la colonia española. Se cree que en la segunda mitad del siglo XIX, los esclavos negros de la Colonia celebraban con música y baile las fiestas de la Candelaria al finalizar la cosecha durante el día de descanso que les daban sus amos. El baile es una representación de la lucha entre la vida y la muerte, que quería llevarse uno a uno a los esclavos.
'La procedencia de la danza del garabato tiene que ver con la etnia africana, es una derivación del congo, hizo parte de él. La danza se utilizó mucho en los cabildos como danza de combate en un tiempo', cuenta Álvaro Bustillo, Rey Momo del Carnaval 2014 y fundador-director de la Danza del Garabato del Colegio Marco Fidel Suárez.
La capa llega a hacer parte de la danza por la interacción de estos esclavos y sus amos.
'Las capas estaban en la vestimenta del señor colonial español. Cuando se hacían las grandes fiestas festejando una buena cosecha o la misma Virgen de la Candelaria, ellos le regalaban a los esclavos sus cosas viejas, entre ellas las capas', explica Humberto Pernett, director del Cipote Garabato.
Con el tiempo, esta prenda se volvió un elemento vital para el bailarín. 'Para nosotros es un orgullo llevar una capa bien bonita que diga algo de ti. Más que el mismo sombrero y que el garabato', cuenta Pernett.
La hechura. Para Álvaro Bustillo, la capa es algo inédito, 'en el sentido de que cada quien hace una decoración según su gusto, los símbolos que le quiera colocar y el mensaje que quiera plasmar'.
Por ejemplo, el actual Rey Momo siempre lleva la bandera de Barranquilla, mientras que Pernett luce orgulloso un dibujo de la obra que hizo el maestro Obregón en el telón de boca del teatro Amira de la Rosa.
En el Cipote Garabato hay miembros que hacen capas para ellos mismos y otros, y cada persona se involucra en el proceso de elaboración, mientras que en el garabato del Colegio Marco Fidel Suárez se imparten talleres para que los muchachos las decoren ellos mismos.
La de Santos. Pero mandar a hacer una capa desde cero no es económico. Desde la hechura de la capa básica (verde en la parte interior, roja en la exterior y con un borde blanco) que cuesta entre 60 y 70 mil pesos, hasta los apliques que oscilan entre los 20 y 40 mil, y considerando que una buena capa tiene aproximadamente diez de estos (según dice Pernett), el total puede ascender hasta los 500 o 600 mil pesos.
Una capa de este calibre fue la que le obsequió la Reina del Carnaval María Margarita Diazgranados Gerlein al presidente Juan Manuel Santos hace pocos días, donada, junto con su sombrero y garabato, por el Cipote Garabato.
Pero este regalo significa mucho más que dinero para el Rey Momo. 'Para mí la capa significa tiempo de paz', finaliza Bustillo, pues en la danza siempre gana la vida sobre la muerte, siempre triunfa la paz al final.

(La capa de Garabato que l entregó Maqui al presidente Santos).