Era una noche tranquila en Barranquilla. A través de las ventanas oscuras se veían las luces de los televisores en los edificios aledaños a la sede del Festival Internacional de Cine de Barranquilla, Ficbaq.
El sonido de un tornamesa irrumpió en el silencio. Era la señal para que siete músicos, seis barranquilleros y un estadounidense, se acomodaran frente a sus instrumentos y comenzaran a ensayar.
Desde hace dos meses los siete artistas se han entregado a esta rutina, conscientes de que sobre sus hombros está el buen arranque de la segunda versión del Ficbaq.
Los fotogramas pertenecen a la película ‘María’, que fue encontrada en 2007 en un apartamento de Grau y restaurada por Fundación Patrimonio Fílmico.
La tarea a la que se han consagrado es musicalizar los 90 minutos de María, película silente dirigida por el maestro Enrique Grau, basada en la homónima obra escrita por Jorge Isaac.
Al igual que en los inicios del cine, cuando las orquestas tocaban en vivo para darle sonido y efectos especiales a las películas, estos jóvenes artistas intentarán hoy a las 7:00 p.m., en la Plaza de la Aduana, realizar una presentación impecable, que homenajea la obra de Grau, una película con 'una energía y unas fuerzas medio oscuras y siniestras, características del maestro, además que en ese momento fue algo transgresor y para nosotros tiene cierto espíritu punk', aseguró Jorge Mario Suárez, director académico del Laboratorio de Desarrollo de Proyectos Cinematográficos,Baqlab, y uno de los tecladistas en la sesión.
El maestro Enrique Grau dirigió la cinta en 1965.
'Nos pusimos a la tarea de ver quién podía no solo destacarse en el virtuosismo sino quienes tenían la sensibilidad estética para participar en el proyecto', afirmó Suárez.
Harold Arrieta (guitarra), Harry Donado (bajo), Andrés González (teclado sintético), Daniel Aguilar (batería), José Rebimbas ( teclado sintético) y Jesse Rykerson (tornamesa y efectos de sonido) fueron los elegidos para componer el grupo de músicos que esta noche 'resucitarán' y le darán sonido a la versión de Enrique Grau del clásico de la literatura colombiana, en un proceso en el que han aprendido que una cosa es componer canciones propias y otra cosa es crearla para acompañar algo visual que ya está filmado.
