El transeúnte que casualmente pasa cerca al taller El Divino Niño ubicado en el Barrio Abajo encontrará alrededor de quince santos en fila india a la espera de un turno para ser restaurados antes de la llegada de la Semana Santa.
'Estamos trabajando de día y noche', dijo Luis Eduardo Vázquez de 55 años, natural de Medellín, con treinta años en Barranquilla a cargo del taller, que es como una sucursal del cielo en la tierra, pero con reproducciones de los santos en yeso. 'Estamos tratando de cumplir porque nos han puesto a correr, pero gracias a Dios hay trabajo', sostuvo.
Madera y yeso Luis Eduardo trabaja ambos materiales por igual, pero a él lo buscan muchas iglesias por 'el buen acabado y el cumplimiento con que hago mi trabajo', aseguró.
Cristos, dolorosas y resucitados son los más pedidos por esta época debido a que participarán en las procesiones de la Semana Mayor y deben estar 'impecables e inmaculados y así los dejamos', añadió el escultor.
En el centro de la ciudad, Carlos Julio Oyola tiene diez años de tener un puesto de plantas medicinales cerca de San Nicolás.
En él vende hierbas que vienen desde Bogotá, la Sierra Nevada y del departamento del Magdalena.
El vendedor explicó que los compradores buscan 'el sahumerio y las siete plantas medicinales para lavar la casa y los negocios'. Luz Marina Rey, otra hierbera moderna del sector advirtió que antes de comprar las plantas y los sahumerios para esta época lo más importante es 'la oración, la devoción y la fe en lo que se pida, sin eso no hay nada que surta efecto'.
Luz Marina, quien tiene 25 años dedicada a este oficio explicó que por costumbre el Viernes Santo se limpia la casa con baños dulces y baños amargos y que lo han venido vendiendo desde los siete viernes anteriores hasta el próximo Viernes Santo. Sobre las hierbas, los compradores piden las llamadas 'dulces' para las 'buenas energías' y estas son albahaca, hierbabuena, menta, limoncillo, toronjil, canelón y siempreviva. Las amargas, según Luz Marina, son para 'matizar las energías' y el grupo las conforman la ruda, altamisa, salvia, rompezaraguey, plateado, matinbá y destrancadera.
El incienso cuyos inicios se remontan al Valle del Nilo hace quince siglos sigue utilizándose en la actualidad combinado en los sahumerios con mirra, romero, alucema, estoraque y bija.
Al norte de la ciudad, en el almacén Sacramentos, ubicado en la carrera 51 con 82 también se viven momentos de agitación 'se ha movido durante estos días por la Semana Santa y las primeras comuniones que finalizan este mes' dijo Sorayi Prada, propietaria del almacén y quien junto a sus dos hijos hacen de este un negocio familiar de artículos religiosos desde hace siete años. 'Como el papa ha creado una sed hacia el catolicismo eso hace que la gente se acerque más a Dios', opinó Prada.
En Sacramentos nació la tendencia de regalar incienso como un detalle durante esta época 'nosotros envolvemos el incienso en una pequeña bolsa y le ponemos un detalle como un niño dios o una medallita y eso le da más sentido al presente en estos días', expresó Prada. Los cirios y velas de cera también son consumidas en estos días y ahora vienen con inscripciones del nombre de la familia y la petición que se haga para ser encendidas el Jueves Santo, día de los monumentos.