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Que no ha hecho sino cantar, cambiarse de trajes, estar en el escenario, entregarse al público, asuntos que le encantan pero... que como paloma que es tiene necesidad de emprender otro rumbo para seguir volando alto, muy alto, como siempre lo ha hecho, como ha sido su vida, para sentirse absolutamente libre.

Estas frases comprimidas, emocionantes por demás, pero expresadas sin rastro de tristeza — por el contrario— con gigantesco optimismo son de Paloma San Basilio, referente de la canción lírica hispana quien el sábado en la noche, luego de 18 años de no actuar en Barranquilla, compartió con sus seguidores el boleto de despedida definitiva de su vida artística.

Completó así para el historial de sus 40 años de vida musical, cuatro soberbias actuaciones en esta ciudad a la que le dedicó el sábado en el salón Jumbo del Country la canción La gota fría, 'porque está es una ciudad que tiene lo que más le gusta: el mar'.

De su gran admirador en Colombia, el músico antioqueño Juan David Santander, recibió flores.

Hasta siempre fue la frase que de manera reiterativa ofreció a continuación así como en la parte final de su concierto donde estuvo como siempre: impecablemente elegante, regia con la puesta en escena, destilando sus virtudes para la actuación, el baile y demostrando una sana juventud física a prueba de sus 63 años de vida.

Su adiós, sin dar pista alguna del rumbo que tomará, fue con una puesta en escena en formato de tertulia periodística-musical. La estrella española, junto a tres coristas, uno de ellos, llamado Aaron, quien actuó como periodista infiltrado, de manera divertida, permitió que ella narrara entre canción y canción momentos vitales de su trayectoria que inició a cuando tenía 13 años de edad.

Esta madrileña que vive en Los Ángeles y mantiene su salero al hablar estuvo rodeada por cinco músicos españoles que le dieron prioridad al torrente de voz de la cantante que hizo internar a los asistentes en el grato túnel de los años idos. El sello de Paloma estuvo de principio a fin, la velada, en tono teatral hasta tomó café colombiano para enmarcar el pegajoso tema Juntos. Que suerte fue también escucharla y verla al compás de la estrofa: cuando descubrió el color del mar, se paró, se quedó sentado, con un dejo de hip-hop.

La velada musical tuvo formato tertulia-periodística.

La línea de tiempo la llevó a su interpretación cumbre, la de diciembre de 1980 con el musical Evita. Desató lágrimas, y un aplauso apoteósico.

También hubo risas al recordar que a Plácido Domingo le dijo que aceptaba grabar con él porque ese día lo tenía libre. Episodio que para ella fue de 'los grandes privilegios de mi vida profesional'. Igual para los que esa noche en Barranquilla cantaron con ella tu me acostumbraste... que se quede el infinito sin estrellas... Gracias a la vida ...que me ha dado tanto...

Para el locutor y presentador de televisión Sergio García, el registro sonoro de Paloma 'permanece impecable, tanto como su vida personal que nunca ha estado en entredicho'. Coincidió en lo que dicen muchos 'es la Barbra Streisand hispana tiene gran facilidad para interpretar diferentes géneros musicales lírica, el jazz, bolero, canciones melódicas en inglés y español, así lo acabamos de ver'.

Cuando presentó La fiesta terminó supimos que empezaba el conteo regresivo, que se acababa esta luna de miel. Pero Paloma empezó a sentirse mágica, no sin antes recordar que la vida nos juega a veces una mala pasada y que por eso tiene intensas ganas de volar, de vivir. Cantó con convicción, y con su acostumbrada grandeza dijo : ¡Hasta siempre!

No fue una despedida, fue una lección para aprender a cerrar ciclos, para seguir volando y viviendo cual paloma.