En una entrevista, el cómico italo-alemán Valter Rado afirmó que 'como cómico me satisface que el público ría, pero pretendo más.
Tal vez desnaturalizar el gesto y crear interrogantes y líneas de pensamiento'. La línea, que según él y otros artistas de la comicidad, separa humorismo de comicidad no es tan delgada como comúnmente se piensa, incluso lo ven como dos oficios distintos. Valter Rado junto al músico y actor cómico Massimo Tuzza integran la compañía Tamburi Pazzi que estará en el IX Carnaval Internacional de las Artes.
En otro aparte de la entrevista Rado explica que 'por supuesto que la risa es una parte integral de mis espectáculos, pero no es la culminación sino la puerta que se abre para que el público afronte los dilemas que le propongo'.
Rado nació en Venecia, Italia en 1960, pero reside en Hamburgo y tiene nacionalidad alemana. Desde 1977 se dedica al teatro.
Estudió mimología en la Escuela Decroux bajo la tutela del genial maestro Claudio Intropido.
En 1979 se matriculó en el curso DAMS (Disciplina del Arte, de la Música y del Espectáculo) de la Universidad de Bolonia. Allí conoció al que es considerado el cómico más irreverente del mundo: Leo Bassi y tomó clases con el Nobel de Literatura 1997, Darío Fo.
Rado incursionó en el ámbito de la danza-teatro con Bárbara Mettler en 1983, experiencia que culminaría en 1986 con la producción de un filme en Tucson, Arizona.
En 1987 nace I Pendolari dell'Essere, un compañía teatral que creó junto a Cesare Bonano y con la cual realizaría espectáculos cómicos tan existosos como Aspettando Plin Plon, que estuvo en escena desde 1987 hasta 1989. Tatum Tatum Crack junto a Cesar Bonano, quizá su montaje teatral más célebre.
En 2002, actúa y produce Note Nella Tempesta con el grupo The Running Orchestra. La compañía Tamburi Pazzi tuvo su debut en 2012 con un espectáculo del mismo nombre.
En la actualidad Valter Rado es considerado uno de los mejores por su técnica explosiva y sutil donde la exigencia física es un elemento fundamental. Como el mismo dijo alguna vez: 'Cuando estoy en el escenario no soy responsable de mi mismo y espero que el público siga mi ejemplo. La normalidad es lo peor que puede pasarle a cualquiera, ser normal es una aspiración absurda'.
Con esa premisa es muy probable que Valter Rado se sienta en Barranquilla como pez en el agua'.