A las 3:00 de la madrugada de ayer sábado, Cristina Felfle Fernández De Castro se quedó dormida una vez culminó los compromisos de su agenda que incluía en la noche del viernes, víspera del inicio del Carnaval de Barranquilla, cinco fiestas a las que asistió como invitada especial.
'Cuando la adrenalina ha estado a millón, no es fácil dormir rápidamente, sin embargo, caí profunda después de que tuitié y vi las redes sociales', anotó Cristy en la mañana de ayer sábado de Carvanal cuando estaba en la sesión de maquillaje en la habitación que tiene asignada en su residencia, para su arreglo.
Su ciclo de sueño duró solo cuatro horas, ya que a las 8:00 de la mañana estaba en pie para comenzar a prepararse a presidir uno de los eventos con el que más había soñado: la Batalla de Flores. 'Estoy ansiosa de ver y encontrarme con mi pueblo que me ha acompañado en todos los actos del Carnaval', expresó.
El estilista Walter Molano, quien se ha encargado del arreglo de Cristy durante todo su reinado, llegó a las 8:30 de la mañana con su maleta de maquillaje para iniciar el proceso del arreglo de la soberana.
Tiempo para el arreglo. En este ‘ritual’ que dura una hora y media, la reina no permite que nadie ingrese a la habitación, solo tiene permitido su mamá Maribel y Shoppy, su mascota, que no se le aparta cuando Walter la está maquillando.
11: 15 a.m. La soberana a bordo de la camioneta tipo Van que la transporta. (Clic en la foto para ver galería)
Su desayuno incluyó ayer sánduche y una malteada de milo, y lo tomó en la misma habitación, aunque sobre una cómoda había para ella una bandejita de empanadidas y carimañolas, pero no las tocó.
Mientras Cristina permitía a este medio la acompañara minutos previos a su salida al Cumbiódromo (Vía 40), Maribel, su mamá, alistaba todo lo que requería su hija para abordar la carroza ‘Diosa de Fantasía’, donde iría.
La sala principal del apartamento de la familia Felfle Fernández De Castro estaba llena de arreglos florales que le enviaron a Cristina el día de su coronación. Allí también se encontraba el vestido que le elaboró el diseñador barranquillero Alfredo Barraza, mientras que el cetro y la corona estaban sobre su cama a la espera de que Molano terminara de peinarla.
En otro punto de la habitación estaban los zapatos color plata con piedras en el mismo tono y tacón doce y medio, que fueron guardados en su bolsa por ser lo que luciría en este evento de apertura de la fiesta de Momo
Un vestido ligero
12:00 m. Cristina llega a la Vía 40 vestida de algodón, muy fresca, luciendo su corona de plata bañada en oro.
De su residencia no salió vestida con el traje de coronación. Cristina quería ir sencilla con una prenda muy práctica que tuviera la facilidad de quitar sin dañar el peinado hecho para colocar la corona. Maquillada, peinada y con un vestidito de tirantas color beige y crocs bajó para abordar la camioneta tipo Van que la conduciría al Cumbiódromo. En sus manos llevaba un termo llenó de hidroplus, para hidratarse en el recorrido.
Minutos antes, su numerosa comitiva que ayer estuvo vestida de charlestón con gafas reflectivas de colores, abordó cinco buses que la trasladaría al más largo escenario de la Batalla de Flores.
En el centro educativo Indessa, la soberana de la fiesta cambió su atuendo de sport por el vestido de coronación, y emprendió su recorrido por el Cumbiódromo, que continuó y cerró en la calle 17. A las 6:00 de la tarde, Cristina llegó a su casa para alistarse e ir a la fiesta de disfraces del Country Club.