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Si darle vuelo a la cabeza, hombros, cintura, caderas y pies es pecar, el pasado jueves hubo miles de carnavaleros condenados en La Noche del Río.

A este homenaje brindado a los pueblos ribereños del Caribe se unieron agrupaciones musicales y artistas tan reconocidos como la matrona Petrona Martínez, quien desbordó de alegría a los asistentes en el Parque Cultural del Caribe con la potencia de su voz.

Gumersindo Palencia, cantautor apasionado por la paz, como lo manifestó en una de sus interpretaciones, demostró que la edad es lo de menos. Un paso sabroso y un 'ajuaaa' del alma hicieron juego con los ritmos de Yacambú, el grupo musical que lo acompañó en su presentación.

Aires de la sierra. El Caribe también se sintió representado por los indígenas arhuacos que bajaron de la Sierra Nevada de Santa Marta para conectar sus energías con el público presente en esta celebración que llegó a los 10 años de haber sido creada. A través de frases en su lengua nativa y acompañados por el acordeón, le cantaron a los cultivos, la lluvia y al amor.

El pulso se agitó cuando entraron en escena Los Gaiteros de San Jacinto. ¿Quién no los ha bailado y gozado hasta el cansancio?

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El artista Elkin Róbinson, de Providencia, en concierto. (Clic en la foto para ver galería)

El grupo de ‘Toño’ Hernández le recordó a los bailadores que 'pa' las viejas, los viejos y para las muchachas yo', un coro que el pueblo carnavalero ha cantado de generación en generación. La canción del maíz y el arroz fue bailada y cantada a pecho y pulmón por alegres portadoras de la camisa estampada con la frase 'El tormento tuyo soy yo'.

Los músicos sanjacinteros aprovecharon el fervor de la gente para vender sus producciones ya alejadas del vinilo y convertidas en CD, los que muchos compraron con solo estirar las manos hacia el escenario.

Así, entre billete y baile, Los Gaiteros de San Jacinto dejaron ver que no hay mejor vitrina que un escenario para seguir compartiendo su gaita, tambora y arte.

Del río al mar. Por primera vez en esta noche, Delsy Gil y sus mujeres hermosas que le hacen honores al río, también cantaron y bailaron a pie 'pelao' en la tarima del Parque Cultural del Caribe, quienes le dieron paso al isleño Elkin Róbinson, originario de Providencia.

Del río al mar, al fin y al cabo agua, Róbinson trasladó al público hasta la hermosa isla y sus bellos despertares. All rigth, cantó, porque todo puede ser mejor en un paraíso de montaña, palmas y colores.

La agrupación de música arhuaca IKU de la Sierra Nevada de Santa Marta, en el escenario de la ‘Noche del Río’. (Clic en la foto para ver galería)

La locura musical y cadencia afro llegó con Las Alegres Ambulancias de Palenque y 'esa cosita de las señoras' que gusta tanto. Del Congo a Barranquilla no hubo ninguna diferencia. Mujeres y hombres bailaron desenfrenados al ritmo de esta agrupación originaria de San Basilio de Palenque.

'Qué mujer pa' bailar', gritó una de las asistentes refiriéndose a la voz líder del grupo, que animó a varios bailarines a subirse a la tarima.

La Noche del Río finalizó con el imponente Conjunto Tradición, conformado por las voces más excelsas de la cumbia, puya, bullerengue, entre otros aires musicales. Lourdes Acosta, Lina Margarita Babilonia, Orito Cantora y las jóvenes Wendy y María Fernanda, ambas con menos de 20 años de edad, alzaron sus voces antes los más de siete mil asistentes.

'Represento a todos los jóvenes que queremos que esta tradición no muera', una frase esperanzadora en medio del homenaje al maestro José Barros Palomino por los 100 años de su natalicio y su contribución a la cumbia, uno de los ritmos con los que cerró este recorrido musical por las riberas del Magdalena.