La faceta más teatral del Carnaval salió a relucir, una vez más, de la mano del excepcional ambiente propiciado por el público currambero que se volcó a cada noche de muestras culturales en la Carnavalada. El folclor caribeño y las artes escénicas se combinaron magistralmente para poner a disfrutar a quienes asistieron a las distintas jornadas del festival.
El colectivo barranquillero Parálisis Teatral abrió la noche del lunes en el Festival de Teatro y Carnaval al Aire Libre. Un sinnúmero de sonrisas y aplausos del público recibieron durante la exhibición de su obra ‘Yo quiero ser’.
Melissa Monroy, una barranquillera amante de las artes, expresó que lo mostrado por este grupo fue 'excelente, como todo lo que se ve en la Carnavalada'.
Los Cabezones Parranderos de Malambo, dirigidos por Misael Torres, durante la presentación de su obra ‘La Parranda de los Buendía’.
Folclor y artes escénicas.
El Congo Reformado se presentó en segundo turno. Este grupo de tradición se caracteriza por el entusiasmo de sus integrantes y su estilizado atuendo. Un vestuario cuyo brillo es adornado con canutillos y lentejuelas que robaron las miradas de quienes observaron su demostración. Un colorido espectáculo como propuesta que hizo gozar a propios y extraños con diversas manifestaciones folclóricas.
En el público, Rafael Soto disfrutó la noche en compañía de un grupo de amigos. De acuerdo con su opinión, el Congo Reformado tuvo una presentación lujosa aunque se aleja un poco de la tradición, debido al tocado que usan en lugar del habitual turbante. 'Tienen licencia para esa clase de adecuaciones, pues se trata de un grupo reformado', añadió mientras se movía a ritmo de cumbia. Roberto Flores, cineasta barranquillero, presentó el tráiler de su última producción, Ruido Rosa. Anticipó que se trata de una película 'muy nuestra', pero al mismo tiempo de situaciones universales. Así mismo, apuntó que la Carnavalada es un ejemplo en términos de construcción de ciudadanía y tolerancia, lo cual enaltece la aparición de este tipo de espacios.
La noche se agitó cuando las notas de La rebelión, de Joe Arroyo, se escucharon en el bulevar de la calle 68 con carrera 62. En ese momento, la calle se convirtió en una monumental pista de baile, donde el público local y los turistas se confundían entre la multitud. La premisa era una sola, gozarse la noche currambera.
La compañía artística Muro de Espuma, desarrollando la obra ‘Va... porque así es la vida’, inspirada en Los Funerales de la Mamá Grande.
Jessae Navarrete, una turista ecuatoriana, afirmó que le ha sorprendido la alegría y la actitud de la gente en esta ciudad. 'Tienen eventos de todo tipo y la gente es muy amigable', dijo la joven quiteña con una sonrisa en su rostro. Su coterránea y amiga Andrea Garcés destacó que el ambiente de la ciudad ha sido agradable para ellas. 'Lo que más me ha gustado es ver a la gente bailar en cualquier lugar, hasta en la calle', agregó.
‘A candela viva’.
A las diez y media de la noche, el público continuaba llegando masivamente a la zona. Quince minutos después subió al escenario Totó la Momposina, quien inició su repertorio musical con la interpretación de un clásico carnavalero, Te olvidé. En ese momento, el público que se apoderó del bulevar recibió a la artista con los brazos en alto, aplausos y movimientos de caderas al son de sus melodías.
'Que viva Barranquilla y que viva el Carnaval', exclamó la artista nacida en Talaigua Nuevo, Bolívar. Recordó, además, que las carnestolendas son del pueblo, por lo que invitó a todos a vivirlas y disfrutarlas con furor, eso sí, sin dejar el civismo de lado.