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En un sillón de la biblioteca, rodeado por los estantes de libros, John Héctor Rodríguez, de 13 años, repasa con la mirada las páginas del libro que tiene entre manos.

'Yo tengo computador en mi casa, pero a veces me aburro y me vengo a leer', dice antes de reanudar las historias de los cómics recreadas sobre las páginas de papel.

El caso de John refleja la realidad actual que viven las bibliotecas en la que los libros conviven y compiten con las herramientas tecnológicas. Por ello estas instituciones, de carácter cultural, están evolucionando para adaptarse a las nuevas condiciones sin perder su esencia.

John vive a unas cuadras de la Biblioteca Popular Del Barrio La Paz, una de las tres entidades públicas de servicios bibliotecarios con las que cuenta Barranquilla. Las otras dos son la Biblioteca Piloto del Caribe y la Biblioteca Departamental Meira Delmar.

Biblopaz

Ubicada en el suroccidente de Barranquilla, la Biblioteca Popular del Barrio La Paz beneficia a usuarios vecinos como John, pero también a muchos otros que hacen parte del radio de acción donde se benefician más de 11 barrios aledaños, alrededor de 45 escuelas cercanas y más de 7 mil estudiantes de educación superior y técnica, según estimados de la organización cultural.

Jéssica Sandoval, coordinadora de la biblioteca, explica que el mayor aporte de esta es posibilitar el acceso a la información de niños, jóvenes y adultos que no cuentan con los recursos propios para hacerlo.

'El aporte social es grande, aquí recibimos muchos niños que tienen dificultades en sus casas para realizar sus tareas', explica Sandoval que destaca además la oferta cultura diversa generada en los espacios de la biblioteca.

BibloPaz cuenta con una sala general para adolescentes desde los 12, jóvenes y adultos en general; también sala de informática en la que funciona un punto vive digital, con talleres de formación y acceso a internet gratuito; otro espacio es la sala infantil con libros y juguetes para niños de distintas edades; procesos técnicos es el área donde reparan y catalogan de los libros. Otros espacios complementarios son la cafetería, el auditorio y la plazoleta donde se hacen diversas actividades culturales, además de salas de capacitación y lúdica digital.

Fachada de la Biblioteca Piloto del Caribe.

Biblioteca piloto

Miguel Iriarte, poeta, catedrático en semiótica y gestor cultural, es la persona que dirige la Biblioteca Piloto del Caribe, ubicada sobre la Vía 40, una de las arterias vehiculares más importantes de la ciudad de Barranquilla.

Para Iriarte 'la biblioteca debe ir adaptándose a las nuevas contingencias de la sociedad. Responder a los desafíos de los nuevos usos lectores'.

Desafío que se ve reflejado en las generaciones jóvenes como María José Lewis, de 14 años, quien tal como Jhon, llega a la biblioteca desde un barrio vecino que en su caso es Rebolo. Distinto a Jhon, María José no cuenta con acceso a internet en su casa por ello llega a la biblioteca todos los sábados junto a sus 3 hermanas, de 13, 11 y 17 años, a realizar sus tareas.

'A veces miro los libros, pero me gusta más el internet porque puedo ver varias páginas y también escuchar música', explica la joven de 14 años.

Miguel Iriarte considera que 'hoy día la lectura no está desplazada pero su centro se ha movido en distintas direcciones'.

Por ello la Biblioteca Piloto del Caribe, que funciona desde 1994 en las instalaciones de la antigua Aduana, se prepara para abrir una nueva sala digital donde María José, sus tres hermanas y todos los demás usuarios, jóvenes o adultos, podrán acceder a la red desde mejores equipos. La apertura de sala incluye una dotación de 10 mil libros digitales que se suman a los 50 mil de la colección bibliográfica actual.

Entrada de la Biblioteca Departamental Meyra Delmar.

La biblioteca en la red

Otra de las formas en las que la Biblioteca Piloto afronta el panorama digital es con la presencia en las redes sociales manteniendo actualizada la difusión de actividades por plataformas como Facebook, twitter y el blog bibliotecapiloto.wordpress.com. También implementan lo que Miguel Iriarte llama 'presencialidad extendida' en la que las personas pueden vincularse a actividades como el Clan de lectura crítica que tiene un grupo público en Facebook, con el mismo nombre, donde los integrantes interactúan entorno a lecturas recomendadas. El clan se reúne los sábados, cada 15 días, con un promedio de 40 asistentes presenciales y 177 seguidores virtuales.

'Tratamos de generar una agitación cultural que hace parte de la oferta cultural de la ciudad y que también es un provocador de conocimiento a través de las galerías, conciertos, películas, a través de un clan de lectura o una sala digital' explica Iriarte.

Biblioteca Popular del Barrio La Paz.

Biblioteca departamental

En el segundo piso de la Biblioteca Departamental Meira Del mar, hay una sala con equipos de computadores adecuados para personas con discapacidad visual, unas 12 personas hacen uso de los equipos diariamente. Para Beatriz Aguilar, directora de la Biblioteca Departamental Meira Delmar, tal como lo contempla la ley, la cultura debe ser incluyente.

'La tecnología ahora permite que el usuario tenga muchas más posibilidades de acceso a la información aparte de los métodos tradicionales como libros y enciclopedias', y añade que por ello 'la biblioteca de ahora es mucho más que un depósito de libros'.

Tal como en la Piloto y la BibloPaz, en la biblioteca departamental los servicios de consulta se alternan con otros servicios como talleres de apreciación fílmica, hemeroteca, sala infantil, tertulias literarias y sala audiovisual para ver de manera individual cualquiera de las películas del repertorio cinematográfico.

Las tres organizaciones además de ser centros de consulta y de conservación de libros, también son escenario para la lectura de expresiones culturales, desde las artes plásticas, audiovisuales, música, entre otros; convirtiendo a la biblioteca en un espacio de encuentro de ciudadanos en pro de la ciencia, la educación, el esparcimiento y el intercambio de saberes.