Ala hora de iniciar una dieta para perder peso lo primero que hacen muchas personas es dejar de consumir pan, carnes, grasas y embutidos. Pero, ¿qué pueden conseguir con ello?
Especialistas en nutrición del Hospital de Marbella, en Málaga, España, publicaron el libro Adelgace comiendo pan, en el que explican que eliminar este cereal de la alimentación es un error, ya que en una nutrición saludable y equilibrada es necesario incluir las fibras y los carbohidratos que están presentes en él.
La dieta del Trigo
Según los investigadores, el pan por sí mismo no hace que se acumule grasa. Por el contrario, es una rica fuente de glucosa, que es indispensable para el organismo porque luego de su ingesta se convierte en energía, ayudando a realizar muchas funciones.
Además, el trigo y los cereales son de liberación lenta, lo que quiere decir que al consumirlos en una cantidad justa, las personas se sentirán mucho más saciadas y se abstendrán de comer en grandes cantidades, afirma el estudio.
La nutricionista Alejandra Salazar opina sobre esta investigación y explica que la dieta a base de pan es rica en carbohidratos en un 80%, pero muy limitada en proteínas y grasas, lo que afecta y disminuye considerablemente la masa muscular y subcutánea del cuerpo.
'Todas las dietas deben estar equilibradas en su potencial nutricional. Deben tener dosis de proteínas entre un 10 y 15%; grasas, entre un 25 y 30%, y carbohidratos, entre un 55 y 65%. De esta manera, se logrará bajar de peso con una alimentación sana', reitera la especialista.
Las carnes y grasas
También existe la dieta basada solo en el consumo de carnes rojas y grasas. En esta hay una ingesta elevada de proteínas y no se permite comer hidratos como los azúcares y las verduras. Lo que supone la perdida gradual de agua y volumen en el organismo.
'Estas dietas son llamadas ‘hiperproteicas’, debido a que nuestro cuerpo recibe una ingesta excesiva de proteínas, lo que no es aconsejable porque hace que el organismo trabaje dos veces más para poder eliminar las carnes, generando la disminución del tejido adiposo, bajando de medidas, más no de peso', afirma el nutricionista Duván A. Vásquez.
El profesional además agrega que este tipo de dietas recargan el riñón, generando graves problemas renales y desequilibrios nutricionales.
Los embutidos
Esta dieta está basada en la ingesta única de alimentos como las salchichas, jamones y enlatados. En ella no se permite el consumo de frutas, verduras, hidratos y proteínas simples, lo que genera desórdenes metabólicos que influyen en la pérdida gradual de líquidos y masa muscular.
'La dieta rica en embutidos puede traer inconvenientes al organismo. El principal es que convierte el hígado en graso, lo que puede desencadenar una hepatitis silenciosa, cirrosis o hasta cáncer de hígado', indica la doctora Salazar.
Las dietas líquidas
En ellas el cuerpo solo se provee de grandes cantidades de agua, frutos en jugo o extracto, y sopas o caldos. 'Estas dietas pueden afectar el proceso de alimentación muscular, generando la pérdida de este, debido a la alcalinización del organismo', dice el doctor Vásquez.
La mediterránea. Esta es la más común y más sugerida por los especialistas porque es realizada a base de cereales, pescado y ensaladas. Lo que representa un equilibrio entre las proteínas, carbohidratos y grasas que se deben consumir.
Recomendaciones
Todas las personas deben llevar una dieta equilibrada, teniendo en cuenta la edad, la contextura, las características de su entorno y el tipo de actividad que realizan diariamente, manifiesta Vásquez.
'Las dietas nunca deben ser 100% estrictas, deben ser equilibradas, ya que la salud es equilibrio. Si se quiere tener un excelente resultado, se debe tener una alimentación complementada con actividad física', reitera el profesional.
Sugerencia con la que la doctora Salazar está de acuerdo y agrega que 'dependiendo del paciente se receta la dieta. Además, se debe acompañar la buena alimentación de actividad física, ya que sin ella nunca se mantendrá un peso adecuado', enfatiza la profesional.