Mauricio D’ Santis, de 25 años y natural de Montería, Córdoba, se coronó Rey profesional del Festival de la Leyenda Vallenata. Tras cuatro días de competencia este acordeonero que venía hace tres años en el intento de conquistar el título se alzó como el nuevo soberano de este folclor, interpretando el vallenato clásico.
'Mi misión será salvaguardar el vallenato tradicional', dijo D’ Santis al conocer el fallo del jurado la madrugada de hoy en el Parque de la Leyenda Vallenata ‘Consuelo Araújo Noguera’. 'Esta corona me llena de prestigio y me compromete a hacer lo mejor posible para seguir salvaguardando el Festival', precisó.
Sostuvo que para presentarse en esta oportunidad se preparó con dedicación, y consideró que esta ha sido una de las competencias más reñidas por la calidad de los participantes.
'Me dediqué día y noche a escoger canciones y melodías, porque siempre me he caracterizado por venir a proponer y no a repetir las cosas que hacen otros, sin dejar a un lado el vallenato tradicional', sostuvo.
Mauricio es abogado de profesión, fue Rey juvenil en 2005 y aficionado en 2008. Es el segundo cordobés, en la historia del Festival en llevarse la corona, antes el título se lo había llevado para la sabana Fredys Sierra.
D’ Santis interpretó el merengue ‘Mi viaje fracasó’, de la autoría de Alejandro Durán; el paseo ‘Gratitud’, de Emiliano Zuleta; la puya ‘La Cacería’, de Sergio Moya Molina; y el son ‘La peleonera’, de Alejo Durán.
'Siento mucha felicidad, gracias a Dios se me da en esta oportunidad, es mi cuarta final en esta categoría, pero este año si gané', puntualizó el nuevo Rey Vallenato de la edición 48 del Festival.
Dijo que 'los jurados valoraron el trabajo que hicimos y aquí estamos. Agradezco a la Fundación Festival de la Leyenda Vallenata por otorgarme este título que me llena de orgullo y me compromete a seguir salvaguardando el vallenato tradicional', manifestó.
Mauricio D’ Santis Villadiego estuvo acompañado en la guacharaca por Álvaro José Mendoza y en la caja por Adelmo Granados Melo.
'‘El Ñame’ Mendoza y ‘Memo’ Granados son dos históricos del Festival, no necesitan ninguna carta de presentación, entre los dos han ganado 17 ocasiones', indicó.
El segundo lugar en acordeón profesional fue para Alfonso Monsalvo Baute, de Valledupar y el tercer lugar para Julián Ricardo Mojica Galvis, de Paz del Río, Boyacá.
El ganador de aficionado. Jesús Ocampo Ospino duró ocho meses preparándose para el Festival de la Leyenda Vallenata. Tanta dedicación le dio sus frutos, al coronarse Rey en la categoría de acordeoneros aficionados.
Este joven de 20 años y natural de Ariguaní, Magdalena, ganó interpretando el merengue, Los recuerdos de Ocha, de Luis Enrique Martínez; el paseo Los rumores de Morales, de Lorenzo Morales; la puya Pidiendo cacao, de José Félix Ariza; y el son Amor irresistible, de Adaulfo Herrera. En la guacharaca estuvo acompañado de Aldaír Velásquez Arias y en la caja Andrés Sáenz Rivera.
'Agradezco a toda mi familia, a mis amigos a los que confiaron en mí, que siempre me brindaron el mismo respaldo. Para lograr esta corona tuve mucha disciplina y aquí se ven los resultados. Quiero seguir dedicado a la música y llevar a lo más alto este gran triunfo', manifestó.
El segundo y tercer puesto le correspondió a los acordeoneros Daniel Holguín Ricardo y Camilo Carvajal Cuadros. En la final también estuvieron Pedro Rueda Pinilla y Issa Mahmoud Gebara.
Jesús Ocampo es ingeniero de minas, egresado de la Fundación Universitaria del Área Andina, carrera que alterna con la música.
Canción inédita. En el 48 Festival de la Leyenda Vallenata, Margarita Rosa Doria Carrascal se alzó con el triunfo en el concurso de la canción vallenata inédita con la obra Vallenatos del alma.
'Ya había hecho un primer intento con la canción Vestida de poeta, pasando a la segunda ronda; la segunda oportunidad me presenté con Los versos más bonitos, logrando el tercer lugar y ahora logro el primer puesto. Este triunfo se lo dedico a mi abuelo que ya murió y fue parte de mi inspiración en esta canción', puntualizó Margarita Doria Carrascal.
