Más de 15.000 niños, entre edades de 1 a 14 años, se benefician actualmente por la fundación colombiana NU3 y sus diversos proyectos que van en pro de la disminución de la cifra de población infantil que sufre de desnutrición en el país.
Huila, Bolívar, Chocó, Magdalena y el Atlántico son departamentos que cuentan con la presencia de colaboradores de esta fundación conformada por un grupo de aproximadamente 17.000 personas, en estos territorios.
En el departamento del Atlántico es donde la fundación tiene mayor presencia. Existen cinco comedores comunitarios, ubicados de forma estratégica en sectores vulnerables, para una mayor capacidad de cobertura alimentaria. Cada uno de ellos le provee alimentación diaria a más de 200 niños, quienes además de satisfacer su necesidad alimentaria, aprenden modales y nutren su alma.
En Barranquilla. En la sede del barrio San María se preparan menús saludables compuestos por una porción de proteína, carbohidratos y frutas, según afirma la nutricionista de este comedor, Bertha de la Hoz. Ella cuenta que desde hace ya varios meses vienen implementando la estrategia de darle frutas en porción a los niños, dos veces a la semana, con el fin de que los agreguen a su dieta diaria.
'Esto ha sido muy difícil porque los pequeños siempre piden el jugo. No están acostumbrados a comer frutas en porción, pero la idea es cultivar ese hábito de alimentarse saludablemente', anota la profesional.
Este comedor, que es visitado por los más de 50 pequeños en cuatro turnos, de 11:00 de la mañana a 1:00 de la tarde, recibe niños que por primera van a tomar los alimentos, y mantiene a los que aún no se han recuperado por completo, para asegurarles una nutrición adecuada y un desarrollo integral. 'Recibir esta ayuda es una gran garantía para mis hijos porque hay ocasiones en las que en el hogar no tenemos la posibilidad de obtener la alimentación necesaria para su crecimiento y desarrollo y esta fundación nos lo está proporcionando. Además, han aprendido desde como agarrar los cubiertos, hasta cómo comportarse', indica Diana Pulgarín, madre de tres menores que van al comedor Santa María.
Para ingresar. Los infantes deben estar entre 1 a 14 años, deben ser valorados por medio de un tamizaje nutricional. Los que se encuentren en extremo estado de delgadez son inmediatamente ingresados. Por el contrario, los que se registren sobre peso, no serán aceptados, a solo que vivan en un entorno familiar de vulnerabilidad, según cuenta de la Hoz.
Preparación de la comida. Los alimentos son bajos en grasas, no se le agregan condimentos ni sustancia artificiales y son preparados cumpliendo con todas las normas higiénicas correspondientes.
'Un menú del día puede ser arroz de frijol, pollo guisado, yuca frita, ensalada de zanahoria y pepino, porción de patilla y un vaso con agua', describe la cocinera Adaliz Peñalosa.
Además, cuenta el ambiente de colaboración que se da cuando un niño se está adaptando recientemente al comedor. 'Cuando el niño es nuevo y no quiere comer, entre todas las colaboradoras le ayudamos y le enseñamos la importancia que tienen los alimentos en su vida. Para que pueda jugar e ir al colegio. Además, se le dan pautas y charlas pedagógicas que lo estimulen', afirma Peñaloza.
Por su parte, la fundadora y presidenta de la fundación, Mónica Schraer Rembaum, cuenta sobre la importante contribución que le hace esta organización al futuro del país, formando unos niños integralmente saludables.
'El niño es parte fundamental de la familia mediante nuestro modelo integral de atención logramos que el infante participe activamente dentro de la familia, la escuela y sea un miembro sano y proactivo en la comunidad' puntualiza.
La desnutrición en Colombia
La desnutrición infantil es el resultado del consumo insuficiente de alimentos. Esta puede ser crónica o aguda según peso y la edad del menor. Según cifras del Instituto Nacional de Salud colombiano, en lo que va corrido del 2015, cinco niños han muerto a causa de esta problemática social. La mayoría de ellos no recibió lactancia materna ni alimentación complementaria durante sus primeros meses, etapa decisiva en la vida de los menores. El año pasado fueron registradas 240 muertes de niños de cinco años a causa de desnutrición, inanición y desnutrición crónica. La organización de salud informó que la mayoría de los casos se presentaron en poblaciones vulnerables de la Costa Atlántica en un 45 % y en indígenas con 37%. Esta cifra arroja, según el Instituto de Salud, que un menor de cinco años muere en Colombia cada 33 horas, lo que representa cinco muertes a la semana.