Compartir:

La actriz barranquillera Sofía Vergara ha sido noticia en los últimos días a raíz del pleito con su expareja Nick Loeb, por la custodia de dos embriones que congelaron en una clínica de Los Ángeles, con la idea de alquilar el vientre de una mujer para su gestación.

El empresario Loeb pretende utilizar los embriones fecundados por ambos para cumplir su deseo de ser padre, pero la artista declaró ayer, en un programa de radio que 'la posición de Nick es bastante egoísta'.

A propósito de esta controversia entre la famosa barranquillera con su expareja sentimental, EL HERALDO consultó a expertos en fecundación in vitro y derecho familiar para conocer la situación actual de esta práctica en Colombia.

Guido Parra, médico gineco-obstreta y director científico de la clínica de reproducción humana Procrear aseguró que 'estos procedimientos van en crecimiento en el país. Son más de 30 clínicas que vienen realizando fecundaciones in vitro y criopreservación de embriones –congelación de óvulos fecundados–. En Barranquilla, desde hace 12 años se congelan embriones con la técnica de vitrificación, la cual asegura la supervivencia eterna de los embriones'.

Así mismo, el experto afirmó que 'al año se practican 150 procedimientos de inseminación artificial, de los cuales se extraen de 5 a 6 embriones en cada caso, es decir, en la ciudad se están se vitrificando alrededor de 800 embriones por año', dice.

Acceso a la vitrificación

El gineco-obstetra señaló que son múltiples las razones por las cuales, parejas y personas individuales recurren a este tipo de procedimientos de reproducción.

'En primer lugar se encuentran las parejas infértiles que buscan guardar futuras probabilidades de embarazo. También acuden a la vitrificación de embriones aquellas personas que padecen de cáncer y quieren guardar embriones para tener hijos después de los fuertes tratamientos contra la enfermedad. Por otra parte, están las mujeres que quieren crecer profesionalmente y postergan la concepción, entonces guardan embriones jóvenes para ser concebidos en el futuro. Y por último están los miembros LGTBI, quienes preservan embriones para ser implantados en el vientre de una madre sustituta, a esta última también recurren las mujeres que nacen con malformaciones e implantan sus embriones en otro', afirmó Parra.

En cuanto a la normatividad legal de la preservación de embriones, Colombia aprueba los tratamientos de fertilización artificial como la inseminación in vitro. Así mismo, la ley cobija la libertad de decisión sobre el préstamo de vientre. Así lo afirmó la abogada especialista en derecho de familia Lourdes Gutiérrez.

'La ley de este país, al igual que la Iglesia Católica, asume que desde el momento de la fecundación hay vida, así que a partir de ese instante aunque no hayan nacido, los embriones tienen derechos particulares porque hacen parte de la unión de dos personas', dijo la abogada.

Sin embargo, para el abogado penalista José Luis Herrera 'una pareja que acceda a la preservación de sus embriones no podrá apelar a ningún derecho, mientras el niño no haya nacido. La legislación colombiana establece que debe nacer vivo para que así sus padres tengan o puedan adquirir derechos'.

Por su parte, la abogada de familia aseguró que 'los embriones en Colombia no son tratados como personas jurídicas, pero en el momento en que empiecen a desarrollarse podrán adquirir derechos como la salud y la manutención', dijo la profesional.

La linea natural

La consultora en fertilidad Mindy Berkson comentó que 'todas las personas con problemas de fertilidad pueden acceder a procedimientos de fertilización, siempre y cuando tengan el deseo y la plena conciencia de hacerlo, puesto que deben entender las circunstancias legales y religiosas que se aplicarían en términos de la construcción ideal de familia'.

Para el padre Juan Ávila Estrada, delegado del pastoral familiar de la Arquidiócesis de Barranquilla, 'la Iglesia ha hecho énfasis en el concepto de lo natural, porque se opone rotundamente a las formas mecánicas que ha creado la ciencia para producir vida humana', concluyó el sacerdote.