Nadie dijo que ser madre sería una tarea fácil pero, con todos los altibajos que se presentan, hay quienes aceptan esta labor y son felices con ella.
Mientras que algunas mujeres no toleran la idea de ser madres, para otras resulta ser una de las experiencias más hermosas que se pueda vivir, que fortalezca los sentimientos, genere nuevas emociones y enseñe a ver la vida de otra manera.
Liseth Acosta asegura que el ser mamá la ha cambiado radicalmente y cada día encuentra fuerzas para luchar por sus hijos, que son la razón de existir. Carol, su hija, es una de esas razones por las que esta mujer se despierta diariamente con esperanza y ganas de vivir.
Esta madre reconoce que tener un hijo la hizo cambiar de mentalidad y, en su caso, formar un hogar, puesto que la vida, según ella, no es igual siendo soltera que 'cuando se adquiere un compromiso y se tienen niños'.
Para Kiara Castillo, Liam Thael es el mayor tesoro de esta mamá primeriza, 'mi vida ha cambiado completamente desde que esta hermosura llegó a mi vida', dice. Dejar los planes con sus amigas y cambiar pañales no ha sido tan traumático para ella porque su principal labor es velar por su pequeño.
Dice que todo el tiempo está pensando en su retoño. Antes de cumplir con sus labores diarias, para ella es indispensable vigilar que todo se encuentre bien, no dejar pasar ni un solo detalle y estar pendiente de las mínimas peticiones de su hijo.
Aunque es primeriza, ella entiende que no debe cumplir con todos los caprichos de su hijo Liam, para no mal acostumbrarlo.
Otra mujer que ha aprendido de esta experiencia y su vida ha dado un vuelco radical es Esther Barreto. Ser madre la ha convertido en una persona paciente y, que aunque tiene tres hijas no tiene preferencias por ninguna. 'Consiento más a mi hija Ángela Isabel, de tres años, pues es la menor de todas y requiere un poco más de atención y por el hecho de tener algunas complicaciones respiratorias', explica, pero asegura que eso no hace que deje de lado a sus otras hijas, 'a todas las quiero por igual', expresa.
Por su parte, para Darvis Rangel ser una madre muy joven la ha convertido en una persona paciente, cuidadosa, amorosa y cariñosa. Su pequeña hija, Valentina, la menor de sus tres hijos, con solo un año y cuatro meses es actualmente la niña que tiene toda la atención de la casa.
Darvis asegura que ama a cada uno de sus hijos por igual y que ellos representan una parte muy especial en su vida.
Todas estas mujeres se han convertido en madres, han pasado por diferentes sucesos y le han dado un nuevo y mayor significado a sus vidas.
Recomendaciones
Jacqueline Bustamante, psicóloga familiar, recomienda que las madres acompañen a sus hijos, darles amor y compartir con ellos garantizará una relación afectuosa y sana. Es importante que durante la infancia la progenitora juegue con sus pequeños para reafirmar los lazos familiares entre ellos.
Las que experimentan este estado por primera vez deben tener paciencia, a pesar que se enfrentan a nuevas situaciones, no deben reflejarle su angustia al bebe.