Cuando eres mamá hay muchas tareas que atender y no es difícil sentir agobio, cansancio o estrés. El estrés en sí mismo no es negativo. Expertos aseguran que lo importante es tener un nivel óptimo de estrés que nos dinamice sin hacernos daño. Para encontrar ese equilibrio entre las distintas áreas de la vida hay que introducir cambios drásticos.
La psicóloga Lily Arias nos da algunos consejos que pueden ayudar a lograr esa armonía interior que a veces parece esquiva:
Dedícate tiempo: Una de las cosas que más se sacrifican cuando se está tan ocupado es el tiempo que empleamos en nosotras mismas. Pero si nos esforzamos en dedicar todo el que sea necesario en los demás y cumplir las labores. Con el tiempo esto agota y te hace sentir agobiado. Para vivir equilibrado es necesario unos momentos de tranquilidad.
Cuídate: Además de lograr algunos minutos de paz cada día, es necesario descansar lo suficiente, alimentarse bien y cuidar la salud. Si logras esto, cuando se presente un problema puedes encontrar una solución de manera más fácil.
Sé flexible: lo que más causa estrés es ser exigente contigo mismo. Hay que ser más flexible y no constreñirse. Por ello es necesario soltar las expectativas que se alejen de la realidad, como que los niños deben estar sentados y quietos.
Los niños tienen una enorme capacidad para captar el estado anímico de sus madres, por lo tanto es aconsejable tener presentes unas pautas de comportamiento que hagan más fácil la relación con sus hijos y contribuyan a la estabilidad emocional dentro de la familia.
Adaptar horarios: las madres deben adaptarse a los horarios y ritmos propios del niño, planificando las actividades en función de su edad y de su desarrollo madurativo, con hábitos saludables en alimentación, higiene, cuidado… y pautas que se cumplan cada día.
Dedicar tiempo a los niños: Hay que saber distribuir el tiempo y dedicarle a los hijos un tiempo de calidad para que perciban que son queridos y deseados.
Trabajar el control sobre el estrés: Con ello se ayuda a reducir de manera muy significativa el injusto sentimiento de culpabilidad de muchas madres.
Saber delegar: en muchos de los ámbitos de actuación, saber diferenciar lo urgente y lo importante y gestionar de forma adecuada las situaciones diarias.