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Las bibliotecas universitarias en el Atlántico benefician a 105.557 estudiantes de educación superior. En los anaqueles de estas reposan, pulcramente ordenados, los libros de consulta académica y las colecciones heredadas de notables intelectuales. Sin embargo, la dinámica de estos espacios va más allá de los estantes porque sus dominios se extienden a través del acervo digital donde el acceso al conocimiento converge con el mundo en red.

'La biblioteca es más que libros. Son servicios bibliográficos a los que la gente acude para convivir y crecer intelectualmente', dice Luis Alberto Tarazón, director de la Biblioteca Karl C. Parrish de la Universidad del Norte.

Tarazón explica que, en el caso de la biblioteca que dirige, los estudiantes cuentan con materiales de consulta física distribuidos por áreas del conocimiento, siendo las de ciencias básicas las más consultadas por tratar núcleos comunes de varios programas universitarios.

Una de las colecciones físicas más estimadas en la Universidad del Norte es la del legado del intelectual Karl C. Parrish, uno de los fundadores de la institución, de quien toma nombre la biblioteca. Parrish se destacó por sus iniciativas enfocadas al mejoramiento de los servicios públicos en y al desarrollo urbanístico de la ciudad.

'En ese compendio hay muchos documentos importantes para la investigación histórica sobre el proceso de urbanización de Barranquilla', comenta Tarazón.

La biblioteca personal de Alfonso Fuenmayor, escritor, ensayista y periodista barranquillero, es otro de los tesoros literarios que custodia la universidad. Fuenmayor perteneció al grupo Barranquilla integrado por figuras como el Nobel Gabriel García Márquez, el escritor Álvaro Cepeda Samudio y el artista Alejandro Obregon, entre otros. 'Sus libros fueron donados por sus familiares y hacen parte de las colecciones especiales ', dice Tarazón.

Libros de consulta interna

'Los libros también son modas', afirma Eduardo Pinzón, director de la biblioteca de la Universidad del Atlántico, quien considera que los índices de consulta universitaria, en títulos individuales, dependen de las preferencias bibliográficas de los docentes, más que de los estudiantes.

La Universidad del Atlántico coordina los servicios de consulta estudiantil desde el Departamento de biblioteca, que comprende el acervo ubicado en el bloque G de la sede principal, vía a Puerto Colombia; además de la colección particular del museo antropológico y estará integrada próximamente por una biblioteca especializada en la Facultad de bellas artes.

La universidad en sus colecciones especiales reserva títulos que pertenecieron a personajes como el filósofo Julio Enrique Blanco, uno de los fundadores de la Universidad del Atlántico. También el legado del profesor Alberto Assa, educador, traductor y humanista turco otomano de origen sefardí, hace parte fundamental de los títulos que nutren los materiales de estudio de la Facultad de Lenguas Extrajeras.

Los libros donados por los familiares de Luis de Castro también están dentro de los compendios bibliográficos más importantes de la universidad.

Acervo virtual

'Los medios digitales se han vuelto hasta más importantes que los impresos', dice Pinzón y afirma que hoy en día las bibliotecas no crecen tanto en impresos como en recursos virtuales.

Todas las instituciones consultadas manejan bibliotecas digitales que superan las colecciones físicas. Es el caso de la Universidad Libre, cuya reserva de recursos estudiantiles es dirigido por Esperanza Rojas.

'Actualmente se están impulsando mucho las colecciones de libros y atlas interactivos a través de internet porque permiten un acceso local y remoto de toda la comunidad universitaria', explica Rojas y especifica que en su institución disponen de 43 mil volúmenes físicos, cerca de 29 mil publicaciones electrónicas y 95 mil libros digitales. Además de estos recursos, la biblioteca maneja un convenio de canje con otras instituciones de educación superior.

El acervo virtual de la Universidad del norte se destaca por manejar un repositorio que almacena información académica y hace visible la producción interna.

'Son dos mundos, el físico que tú ves y el digital que no ves, porque los contenidos están en la red o la nube'.

Bases de datos

La Universidad Autónoma del Caribe también ha fortalecido las opciones de consulta académica. Para Adolfo Estrada, director de la Biblioteca Benjamín Sarta, las bases de datos virtuales han tomado fuerza sobre los libros impresos. 'Tanto que las editoriales se están volcando a digitalizar todos sus contenidos', dice Estrada y añade: 'No podemos desconocer que la tecnología ha impactado fuertemente las bibliotecas públicas y privadas'.

Al igual que en la Universidad del Atlántico y la Norte, la Universidad Autónoma preserva y pone a disposición de los estudiantes el material bibliográfico que perteneció a Benjamín Sarta, uno de los fundadores de la organización de educación superior.

Museo bibliográfico

La Universidad Simón Bolívar se destaca en particular por sus colecciones especializadas integradas a espacios museográficos. Así lo describe la directora de bibliotecas, Ana Madera.

'La institución cuenta con tres museos: el del Caribe Colombiano, el Bibliográfico de Bolívar y el Museo de Ciencias Humanas. En ellos se encuentran una cantidad de documentos invaluables, históricos e investigativos', comenta Madera.

El Museo de Bolívar se destaca por lo relevante del personaje histórico. En el espacio de consulta y exhibición, están preservados archivos de proclamas, cartas, declaraciones y bibliografía relacionadas con los personajes a los cuales desean acceder los estudiantes.

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Estudiantes de pregrado y posgrado estudiando en los puestos de lectura junto a los estantes de libros, ubicados en la biblioteca Karl C. Parrish de la Universidad del Norte.

Fenómenos literarios

Los servicios bibliotecarios de las universidades tienen una dinámica activa articulada a los programas de los centros educativos. Si bien, no todas las instituciones tienen programas afines a la literatura, ninguna de las bibliotecas excluye de sus títulos a los textos literarios. Estos libros son puestos a disposición de los estudiantes con plazos de préstamos que van desde los 15 días, hasta un mes.

'En el tema de literatura se presentan fenómenos curiosos. El más significativo ocurrió con la muerte de García Márquez. En esos días, hubo una consulta exagerada de los libros de Gabo en la Universidad del Atlántico', cuenta Pinzón.

Una movilización similar ocurrió en la Universidad Autónoma del Caribe, donde las publicaciones del Nobel ocuparon los 5 primeros libros de literatura más consultados. El más solicitado fue Cien años de soledad, seguido de El amor en los tiempos del cólera. En tercer lugar Doce cuentos peregrinos, también aparece en la lista Vivir para contarla y por último Crónica de una muerte anunciada.

En la Universidad del Norte el movimiento masivo hacia publicaciones literarias ha ocurrido por títulos como Infierno de Dan Brow, que según Velia Janne, coordinadora de colecciones físicas, han representado un verdadero fenómeno de consulta.

Para Esperanza Rojas la literatura es una ventana al mundo y en las universidades esta opción de contacto con el conocimiento debe ser amplia. Los casos expuestos de algunos centros de educación superior en Barranquilla reflejan una integración de los elementos históricos y el legado de personajes representativos de la ciudad, con un sistema de gestión bibliográfica que va mucho más allá de los libros, tal como afirma Rojas: 'La biblioteca de ahora está conectada a la sociedad del conocimiento'.

E- book

Reference Library

Base de datos para consulta virtual de textos enciclopédicos de ciencias básicas.

ProQuest

Compendio de publicaciones en formatos electrónico para universidades y escuelas.

Dialnet

Servicio de alertas y consulta sobre publicación de contenidos científicos.

Faobib

Catálogo de la FAO en línea. Referencias de publicaciones hechas por más de 50 años.

Worldcat

Conecta a las colecciones de más de 10,000 bibliotecas de todo el mundo.