Con un monólogo en el que habla –entre otras cosas- sobre las relaciones de pareja desde un punto de vista crudo, cínico y sarcástico, y 'lo difícil que es ser mujer' en las distintas etapas de la vida, la actriz y presentadora colombiana Alejandra Azcárate hizo reír a los barranquilleros que asistieron anoche al Teatro Amira de la Rosa para ver su stand up comedy ‘Descárate con La Azcárate’.
Horas antes de su presentarse en el escenario –en dos únicas funciones, una a las 6:00 y otra a las 8:15 p.m.-, la comediante habló con EL HERALDO sobre su vida profesional y personal; los odios y amores que suscita en el público; y Yurleidis, el pintoresco personaje que interpreta en la telenovela ‘Diomedes, El Cacique de la Junta’.
¿Se considera una mujer descarada?
Sí claro, y me gusta serlo además. Soy una sinvergüenza y lo digo muy orgullosamente, porque cuando uno pierde la vergüenza en muchos escenarios empieza a experimentar una sensación de libertad que es muy grata, porque todo el mundo por lo general vive aferrado a la opinión ajena, al qué dirán, a la aprobación, al pretender agradar y eso le coarta a uno su personalidad, su criterio, su carácter, entonces, si eso es considerado como descaro, pues lo recibo desde el punto de vista positivo porque sí, sí lo soy. Me he he descarado en mi vida al procurar hacer lo que me hace feliz.
¿Recuerda algo bien descarado que haya hecho?
Casarme. Eso fue un gran descaro porque yo venía trabajando en radio desde hace mucho tiempo y muchos de mis editoriales en aquella época eran criticando y burlándome de las relaciones de pareja, del matrimonio. Y cuando conocí a Miguel, mi esposo, muy rápidamente me propuso matrimonio y yo me acuerdo que yo pensaba: ¿cómo voy a salir diciendo ahora que me voy a casar? Porque voy a perder toda mi credibilidad, si lo único que he hecho es rajar del tema. Entonces un día salí descaradamente al aire a decir con total honestidad y naturalidad a anunciar que me iba a casar.
¿Y valió la pena haber tenido ese 'descaro'?
Mi matrimonio ha valido la pena, ha sido mi mejor accidente de mi vida. Ya llevamos 10 años de casados, y la clave para aguantar este tiempo es justamente no pensar en que se debe aguantar, porque un matrimonio no es para eso, sino para disfrutar, compartir, complementarse y construir. A pesar de que en el trabajo critico y me burlo de las relaciones de pareja, en mi vida personal soy muy defensora del amor y del romance, me gustan las relaciones que conservan tradiciones antiguas. No me gustan las relaciones facilistas ni las que tienden a la inversa.
Es una mujer que por expresar sus ideas tal cual como las piensa mueve muchas pasiones. ¿Cree que son más los amores que los odios que despierta o viceversa?
No tengo ni idea y tampoco me desgasto pensando en eso. Me concentro en hacer mi trabajo bien, eso es lo único que me preocupa. No vivo compitiendo ni mirando qué están haciendo los demás. No vivo pendiente de qué está haciendo la gente y menos qué está opinando de mí. Me parece que hacerlo sería un bloqueo terrible, me generaría mucha inseguridad y no puedo ni trabajar ni vivir así. Ese tema de que 'hablen bien o mal, pero que hablen' para mí es pura paja. A ninguna persona le gusta que hablen mal de ella.
Y de ‘La Azcárate’, ¿qué puede decir?
La gente no alcanza a entender que se trata de mi instrumento de trabajo. ‘La Azcárate’ es un personaje real que nace de mí, a través del cual yo presento mis opiniones y mi criterio sobre diversos temas, pero no de mis sentimientos. Entonces me toca poner ya esa barrera, porque cuando escucho esas críticas, sé que la están criticando es a ella, es como si fuera un tercero. ‘La Azcárate’ es una mujer sin miedo, revolucionaria, agresiva, altiva, sin agüeros. Yo no soy tan así, soy mucho más frágil e incluso me gustaría tener la misma fortaleza de ella en la vida real.
¿Cómo fue la creación de Yurleidis, el personaje que interpreta en la novela de Diomedes?
Es un personaje que no planeé, pero sí anhelé durante mucho tiempo encarnar a una mujer que fuera muy popular. Cuando Herney Luna –director de la producción- me habló de Yurleidis me dijo que ella 'no tenía nada que ver conmigo', pero que 'le sonaba' que yo podía desarrollar algo chévere con eso. Y bueno, me preparé para la audición con la que obtuve el papel de Yurleidis, con quien lo único que tengo en común es que a ambas nos encanta el aguardiente, nada más.