Con gran sorpresa se recibió en Aracataca la decisión de Mercedes Barcha, esposa del fallecido Nobel de Literatura Gabriel García Márquez, y sus hijos, sobre el destino final de las cenizas del escritor, tras un año y cuatro meses de su fallecimiento.
La noticia fue asumida con tristeza por varios sectores de Aracataca, que esperaban que los restos del escritor fueran llevados al lugar donde todo comenzó.
'No era lo que esperábamos. Ahora, los cataqueros debemos gestionar que las cenizas sean compartidas, que una parte repose en Cartagena y otra aquí. Nos preocupa sobremanera que no se tenga en cuenta la tierra natal del maestro Gabriel García Márquez', aseguró Róbinson Mulford, docente y líder social de ese municipio magdalenense.
A su vez Rafael Darío Jiménez, ex director de cultura de la Casa Museo Gabriel García Márquez, dijo que 'desde un punto sentimental a todos los cataqueros nos gustaría que las cenizas estuviesen aquí, porque nos ayudaría a impulsarnos como destino turístico, ese es nuestro sueño. Sin embargo, desde un punto de vista práctico, aún no estamos en condiciones de preservar las cenizas, pero sería importante que el Ministerio de Cultura invierta en un mausoleo vigilado en Aracataca y que parte de los restos vengan aquí'.
Jiménez agregó que Cartagena es meritoria de una parte de esas cenizas, 'porque Gabo se enamoró de esa ciudad, pero esta no le correspondió ese amor, por lo que debe tenerse en cuenta a Aracataca'.
El cataquero Samuel Serrano, poeta y docente universitario en Madrid, España, indicó que si la familia así lo decidió es porque considera que Gabo le debía mucho a Cartagena. 'Algunas de sus obras tienen génesis allá, como El amor en los tiempos del cólera y Del amor y otros demonios, pero debe pensarse más en su cuna'.
En redes sociales, los habitantes de Aracataca también se han manifestado pidiendo que se considere la decisión buscando involucrar al municipio de origen del Nobel.