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Entre la noche del miércoles y la madrugada del jueves, el mundo fue testigo del espectáculo visual de las Perseidas en su máxima expresión. Hasta dos estrellas por minuto pudieron divisar aquellos que trasnocharon para ver esta lluvia de meteoros, que ocurre del 17 de julio al 24 de agosto, pero que solo pueden divisarse a simple vista por estos días.

Este evento astronómico tiene lugar cada año, cuando diminutos fragmentos de la cola del cometa Swift-Tuttle entran a la atmósfera a más de 213.000 kilómetros por hora.

Los astrónomos explican que esas partículas, al contactar la atmósfera terrestre a tan alta velocidad, generan combustión. Esa es la razón del destello que se identifica como estrella fugaz, un rastro abrupto de luz en el cielo que dura menos de un segundo.