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A tan solo ocho días de su cumpleaños número 95, falleció ayer, en la ciudad de Nueva York, el dueño de uno de los registros fotográficos más extensos –alrededor de 100 mil negativos– de buena parte del siglo XX en Colombia. Se trata del cartagenero Nereo López, quien era catalogado como el ‘Fotógrafo del Pueblo’, según los conocedores de su obra.

Jaime Abello Banfi, director de la Fundación para el Nuevo Periodismo Iberoamericano, conoció de cerca la vida y obra de López, quien desde muy joven se desplazó a Barranquilla, desde su natal Cartagena, en busca de trabajo. 'Nereo era huérfano, así que desde muy joven fue muy inquieto y se movía por todas partes.'

Todo comenzó en un cine

Abello cuenta que cuando el reconocido retratista llegó a Barranquilla corrían los años 30, y en ese momento el único empleo que encontró fue como proyeccionista en un teatro de Cine Colombia.

'Allí se convirtió en el hombre que trabajaba las imágenes. Y desde entonces se enamoró de la fotografía', contó el director de la FNPI.

A partir de ese momento, empezó con una prueba constante de ensayo y error, que lo llevó por muchas partes del país, en las cuales recopiló gran parte de su obra.

'Nereo es el fotógrafo de la nacionalidad colombiana, que se formó a lo largo de todo el siglo', recordó Abello.

LIBERTAD, AGUDEZA, REALIDAD

Abello subrayó que Nereo poseía 'un ojo increíble' porque tenía una agudeza para captar la imagen precisa.

Liza López Olivella, hija del fotógrafo, en diálogo con este medio, aseguró que su padre 'siempre hizo lo que quiso. Mi papá siempre fue una persona independiente que hacía lo que quería. Creo que por ese espíritu de libertad siempre lograba hacer lo que se proponía', expresó.

El fotógrafo manizaleño Santiago Escobar Jaramillo, quien conoció y admiró el trabajo de López, comentó que el éxito de su trabajo se debe a que sus imágenes siempre reflejaban la realidad. 'Las fotografías de Nereo guardaban un componente humano muy grande y eso las hacía muy reales y naturales'.

Escobar, magíster en fotografía y culturas urbanas del Goldsmiths College, destaca que esa cotidianidad presente en la obra de López, que tanto atrae a los amantes de la fotografía, hoy es referente.

'En la actualidad, todo el mundo le toma fotos a las cosas del día a día, pero porque tienen a la mano un celular y se hace simple la tarea, pero esta tendencia ya la había marcado Nereo López muchos años atrás, cuando salía a la calle a buscar estas imágenes fascinantes en la gente y sus actividades', señala Escobar.

Abello Banfi agrega que Nereo tenía una fascinación desconocida por capturar con cámaras imágenes de la gente. 'Era el fotógrafo del pueblo porque le encantaba retratar a todo el mundo: a los niños, a los trabajadores, a las mujeres, al obrero, al campesino. Recorrió el mundo capturando las diferentes realidades'.

De cerca al grupo Barranquilla

El nombre de Nereo estaba inscrito en el círculo cercano del Grupo Barranquilla, en especial del pintor Alejandro Obregón –como lo recuerda el director de la FNPI–, a quien 'adoraba' y consideraba que 'era el personaje entre los personajes de La Cueva'.

Estuvo con García Márquez cuando el autor se hizo con el premio Nobel de Literatura en 1982, en Estocolmo. 'Nereo y Gabo tuvieron encuentros esporádicos. Se conocieron en el 50, en una exposición de Obregón en Bogotá, y luego viajaron juntos a Suecia'.

Varias de esas imágenes se inmortalizaron y se publican una y otra vez en diarios y publicaciones, muchas veces sin saber que detrás del gran Nobel estaba, también, el gran Nereo, quien documentó la realidad de Colombia durante décadas y tuvo acceso a personajes como el papa Pablo VI, cuando visitó el país en 1968.

Trayectoria profesional

López viajó por Colombia durante años, fotografiando el paisaje andino y escenas cotidianas de ciudades, pueblos y fiestas tradicionales. Llegó a ser conocido también como el ‘fotógrafo del Carnaval de Barranquilla’, y su extensa obra ha sido recogida en numerosas revistas, enciclopedias, catálogos y libros.

Trabajó para diarios como El Tiempo y El Espectador y las revistas Cromos y O Cruzeiro, esta última de Brasil.

El diario estadounidense The New York Times escribió sobre él en el 2013, cuando lo describió como 'el más exitoso fotógrafo colombiano de su –o de cualquier– generación'.

Actualmente, en la Biblioteca Nacional de Colombia reposa todo su archivo recopilado hasta los años 90, entre los que se encuentran más de 100 mil negativos.

Despedida deseada. Liza, su hija, lo acompañó hasta el último momento en el Centro de Rehabilitación Isabella, en Manhattan, donde falleció ayer a las 6 de la mañana.

Las exequias serán en la ciudad de Nueva York, donde el fotógrafo vivía desde hace 15 años. Según contó Liza, su padre deseaba ser cremado y que sus restos fueran esparcidos en alguna fuente de agua. 'Ya lo cremamos y la otra semana sus restos serán vertidos en un caudal del río Hudson, de Nueva York'.

El libro ‘Saber ver’

Esta obra contará con 400 fotografías de Nereo López. Fue editado por José Antonio Carbonell, tiene un texto central de Eduardo Serrano y una entrevista de Jaime Abello. Se lanzará en Cartagena en tres semanas.