Eliminar el exceso de polvo por medio de una aspiradora y someter página por página de cada uno de los libros a un proceso de aspersión –en el que se fumigan con un líquido especial a través de un spray– son algunos de los pasos que ya ha adelantado la Biblioteca Karl C. Parrish, de la Universidad del Norte, como parte de la curaduría y desinfección de la biblioteca de Alfonso Fuenmayor, quien fuera quizá el miembro más intelectual del Grupo de Barranquilla.
En agosto pasado, las ‘joyas’ literarias que Fuenmayor atesoraba en los estantes de su biblioteca fueron donadas por su familia a la Uninorte, con el fin de que la institución se hiciera cargo de la conservación de los libros, revistas, notas, fotografías y recortes de periódico que, entre muchas otras curiosidades, conforman la colección, que suma un total de 4.600 ejemplares.
El mundo de Fuenmayor
Entrar en el cuarto en el que reposan las Colecciones Especiales de la Biblioteca Karl C. Parrish –donde se ubica, junto a la de Diego De la Peña y la de Carlos Angulo Valdés, la de Fuenmayor– supone un viaje al centro del pensamiento y de la vida del escritor barranquillero.
'Para Alfonso Fuenmayor, de su discípulo oculto'. Así le dedica un libro Álvaro Mutis al hijo de José Félix, quien, además de múltiples y diminutos textos ‘de bolsillo’ y diccionarios, coleccionó un total de 684 revistas de la National Geographic –la más antigua de estas data de agosto de 1911.
Criterios de Clasificación
El olor de la biblioteca de Fuenmayor, que guarda entre el polvo y la humedad la magia de la historia, es como una especie de máquina del tiempo capaz de llevar a sus lectores, incluso, al siglo XIX, en el cual se inscriben 135 títulos de esta colección literaria que, dada su antigüedad, son catalogados como objetos de carácter patrimonial.
A estos, le siguen los libros de comienzos del siglo XX (109 unidades), entre los que se encuentran, además de otros, textos en francés como Traité de Philosophie (Tratado de Filosofía), de Gaton Sortais (1926), y Crónica grande del río de la Magdalena, de Aníbal Noguera Mendoza.
Los ‘libros firmados’ por Alfonso y otros integrantes de su familia, como Adela Rosanía de Fuenmayor, Sonia Fuenmayor Rosanía y Eduardo Fuenmayor, conforman otra de las categorías de la colección. Estos 268 libros presentan firmas con el nombre, ciudad o fecha en lápiz, tintas ferrogálicas y de color azul.
Durante el proceso de curaduría se han encontrado 168 libros con dedicatorias de sus autores o de diversas personalidades que, como regalo, entregaban el libro a la familia del escritor.
Entre las notas que más se destacan están las de Gabriel García Márquez, Álvaro Cepeda Samudio, Alejandro Obregón, Meira Delmar, Óscar Collazos y Álvaro Mutis, entre otros.
Según su estado de conservación –que varía entre bueno, regular y malo–, a su vez, se clasifica cada uno de los libros que hacen parte de esta biblioteca, que guarda, además de textos en diversos idiomas, libros de arte y obras literarias, parte de lo que fue la vida de Fuenmayor.
Allí se encuentran curiosidades, como papeles en los que escribía y conservaba recetas de cocina, como la fórmula para preparar una lasagna para 30 personas, un pastel de berenjena o un pollo en salsa, entre otras.
Las puertas de esta biblioteca estarán abiertas, para quienes quieran adentrarse en el mundo de Fuenmayor y –a la vez– del Grupo de Barranquilla, una vez se termine el proceso de curaduría de los textos y se consideren aptos para ser manipulados solo dentro de las instalaciones de la Biblioteca Karl C. Parrish.