La noche del sábado estuvo teñida de múltiples colores, que salían en destellos de las faldas, corsés, crops, pantalones, tocados y tacones de los 200 bailarines que abrieron la noche con más ¡Azúcar! que ha vivido Barranquilla.
De los laterales del salón Jumbo del Country Club salieron estos artistas, e invadieron en segundos cada rincón, donde se encontraban los asistentes de Pasión Caribe. La cara de expectativa era común entre el público que esperó pacientemente lo que se venía.
Tributo a la ‘Guarachera’
Cuando todos estaban posicionados, empezó el show. Muy puntual como lo había dicho la organización.
En ese momento, empezaron a sonar las notas de Te busco, el bolero de la inolvidable Celia Cruz, con el que el grupo de bailarines empezó su presentación que continuaría con más canciones de la ‘Reina de la salsa’.
De ahí en adelante, los tacones y las zapatillas brillaron, por un lapso de 10 minutos, a ritmo de La negra tiene tumbao, Quimbara, Yo viviré, Que le den candela y Oye como va.
De inmediato el público se fue metiendo en el estado de ¡Azúcar! y algunos que no pudieron controlar los pies, se pararon a bailar con el ritmo de la ‘Guarachera de Cuba’.
Poco a poco el grupo se fue esparciendo por el lugar hasta desaparecer, y así darle paso a las notas de El yerberito moderno una pieza única de Celia, que solo podía ser interpretada magistralmente por la Orquesta de Pachalo, que se ‘robó’ el show empezando la noche.
Este cubano, radicado en Barranquilla, preparó un repertorio especial, para los asistentes de Pasión Caribe. Los mejores éxitos de su coterránea fueron cantados por artistas de la ciudad.
A esta presentación se sumaron bailarinas vestidas con trajes de gala que danzaron al son de ritmos caribeños como la salsa y el bolero.
Los ritmos innovadores
Las fusiones, muy famosas por estos días en la industria musical no se hicieron esperar en este evento.
Pasión Caribe presentó, como es costumbre, a un talento joven de la ciudad. En esta edición, el cantautor barranquillero Roberto García, más conocido como Chober, se presentó con una muestra de sonidos diversos que levantó los aplausos de los asistentes.
El turno fue después para Alfredo De la Fé, que con su violín al hombro apareció en el escenario del Jumbo, luego de que un grupo de esbeltas bailarinas le dieran paso a su presentación, bailando a ritmo de mambo clásico.
De la Fé arrancó su performance con temas de la Fania All Stars, que devolvieron a muchos de los asistentes a los inicios de la salsa latina, haciéndolos bailar acompañados y hasta solos.
El cierre de la presentación del violinista estuvo cargado de sonidos colombianos. De la Fé declaró en vivo, que nuestro país estaba 'sentado en una riqueza musical única en el mundo'.
En este segmento, Pachalo se unió a Alfredo De la Fé para deleitar al público con un mano a mano de sonidos, que salían de su trompeta y su violín respectivamente.
Una reina salsera
En el intermedio del espectáculo de Pasión Caribe, la reina del Carnaval de Barranquilla 2016 tuvo un espacio para presentar al público de este evento, una muestra de baile del que ella ha considerado es uno de sus ritmos favoritos: la salsa.
Vestida con un coqueto atuendo, repleto de canutillos rojos y dorados, se presentó Marcela García Caballero acompañada de expertos bailarines, que junto a ella bailaron dos temas de salsa brava.
Los hilos de lentejuelas levitaron sobre las caderas de la soberana de las carnestolendas, quien se llevó todos los aplausos por sus rápidos y cadenciosos movimientos.
¡Oye, vine de Cuba!
Luego de una 'descarga caliente' que había perdurado por más de 3 horas. El escenario se abrió para la estrella principal de la décima versión de Pasión Caribe, que apareció bajo un movido preludio musical que levantó a los asistentes de sus sillas.
Y de repente, saltó en un par de brincos a la tarima cantando con su poderosa voz el tema Que manera de quererte, Albita Rodríguez, quien de inmediato levantó a los seguidores de su música a bailar alrededor del escenario.
A sus 53 años, la cantautora cubana presentó un show variado y dinámico con sus éxitos de siempre como La parranda se canta y Qué culpa tengo yo. También cantó temas como Que viva changó, que se ha convertido en un himno de su natal Cuba.
Durante su aparición Albita jugueteó con el público, al punto de bajarse del escenario a bailar entre las mesas. En ese momento compartió y armó pregones con los nombres de los asistentes.
Con su inigualable cabellera rubia, Albita se despidió entonando un mosaico en honor a Celia Cruz, la gran homenajeada de la noche de Pasión Caribe.