'Oye, te voy a decir una cosa: no trabajes por la noche, no duermas por el día, te vas a sentir bien, no tomes cafeína; porque, mira, te da cáncer. Todo, todo ahora da cáncer', dice Héctor Lavoe en uno de sus pregones en la canción que se titula Cáncer, una patología que esta semana se ha convertido en tendencia global tras la publicación que la Organización Mundial de la Salud (OMS) hizo el pasado lunes en la que declaró cancerígena a la carne procesada.
Según los resultados de la investigación realizada por la OMS –en la que participó un panel de 22 científicos (de 10 países) de la Agencia Internacional para la investigación del Cáncer (IARC, en inglés)–, por cada porción de 50 gramos de carne procesada que se consuma a diario, el riesgo de sufrir cáncer aumenta en un 18%.
El estudio de la IARC clasifica las carnes en dos grandes grupos. El primero es el de las carnes procesadas, determinadas como carcinógenas para los humanos, con base en 'evidencia suficiente en humanos de que el consumo de este tipo de carne causa cáncer colorrectal'.
El segundo agrupa a las carnes rojas, catalogadas como 'probablemente cancerígenas para humanos', con pruebas limitadas y no definitivas, que asocian su consumo con el cáncer colorrectal y también registra enlaces con cáncer de páncreas y de próstata.
Ante el pronunciamiento de la OMS sobre la incidencia de las carnes procesadas en la aparición de cáncer, Alberto Ángel Arango, gastroenterólogo de la Universidad Nacional y miembro de la Asociación Colombiana de Gastroenterología, afirma que 'todo depende de las cantidades que se consuman'.
Según el especialista, lo que aumenta el riesgo de presentar enfermedades cardiovasculares, favorecer la obesidad y la aparición del cáncer es la cantidad de alimento que se ingiere. 'A mayor cantidad, mayor riesgo', dice.
'La ingesta de carnes procesadas (dentro de las que se inscriben los embutidos con conservantes), no debe superar las dos veces por semana', asegura Ángel Arango, y agrega que la regularidad con la que se consuma este producto también incide en la posible aparición del cáncer.
La diferencia
Carne roja: la IARC aclara que cuando se habla de carne roja se trata de 'toda la carne muscular de los mamíferos, incluyendo carne de res, ternera, cerdo, cordero, caballo y cabra'.
Carne procesada: es el tipo de 'carne que ha sido transformada a través de la salazón, el curado, la fermentación, el ahumado u otros procesos para mejorar su sabor o su conservación.
El proceso de digestión
Una salchicha estándar, que pese entre 30 y 60 gramos, se tarda de dos a cuatro horas en ser digerida completamente. En palabras de Ángel Arango, 'el problema no es cómo digerir la carne procesada, sino el proceso que se inicia una vez es digerida y absorbida'.
En concordancia con los resultados del estudio de la OMS, Miguel Antonio Gómez García, oncólogo de la Universidad Javeriana y miembro del Instituto Nacional de Cancerología de Colombia, sostiene que las carnes procesadas contienen una serie de ingredientes químicos que las hace 'nocivas para la absorción tanto a nivel digestivo como gastrointestinal'.
'Los aditivos y conservantes que contienen las carnes procesadas hacen que las células del cuerpo se transformen al absorber dichas sustancias químicas, lo que puede derivar en una transformación del ADN', expresa el especialista.
Según la explicación del oncólogo, ese 'compuesto tóxico' de las carnes procesadas, cuando son consumidas de forma excesiva y en grandes cantidades, altera el código genético de las células, lo que ocasiona la formación de tumores.
Con consumo excesivo, el experto se refiere al momento en el que la ingesta de estos alimentos procesados se hace repetitiva, a tal punto de estar presente en las tres comidas diarias –desayuno, almuerzo y cena–.
Clasificación de ‘cancerígenos’
Grupo 1. En esta lista se ubican los productos o sustancias que se ha comprobado que son cancerígenos, es decir, que producen cáncer. En este grupo hay 107 elementos, entre las cuales están las carnes procesadas, embutidos, las bebidas alcohólicas, el cigarrillo y los rayos ultravioleta.
Grupo 2A. En esta lista están los que probablemente sean carcinogénicos e incluye 58 agentes, entre los que se encuentran: las carnes rojas, la exposición ocupacional en trabajos como el de peluquero y cámaras bronceadoras. Grupo 2B. Posiblemente carcinógeno para los seres humanos, con 288 agentes.
¿Qué dice la industria?
Juan David Lee, gerente de comunicaciones del grupo Nutresa –empresa que reúne a algunas de las principales marcas de carnes procesadas en el país–, afirmó que la organización no se pronunciará respecto al estudio de la OMS hasta 'no tener en su poder la investigación completa'. 'Una vez la tengamos, la debemos leer muy bien y ver en qué consiste', sostuvo el comunicador, argumentando que lo que publicó la OMS el pasado lunes es 'solo un resumen del estudio'.
Según José Félix Lafaurie Rivera, presidente ejecutivo de la Federación Colombiana de Ganaderos (Fedegán), sobre el informe revelado el pasado lunes 'son varias las consideraciones que se deben hacer antes de empezar a emitir alertas injustificadas'.
En referencia a los embutidos, Lafaurie destacó que 'se debe tener cuidado y tratar de saber el sitio en el que fueron procesados'. Asismimo, señala que 'Colombia consume cuatro veces menos de lo que se ingiere en Argentina y basta con mirar para ver la incidencia de cáncer de colon allá, que en ningún caso es superior a la de nuestro país'.
Para no alarmarse
Lo que la publicación de la OMS plantea es que los distintos tipos de cáncer tienen una etiología multicausal (genética, ambiental y de hábitos de vida, entre otros). En ese sentido, Christopher P. Wild, director del IARC, afirma que 'el riesgo individual de desarrollar cáncer colorrectal por el consumo de carne procesada sigue siendo pequeño', sin embargo, la exposición frecuente y la cantidad del elemento carcinogénico incrementan las posibilidades de riesgo.