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Una empleada de aseo en el Museo Bolzano de Milán desechó por error la mayoría de los elementos de una obra de arte vanguardista del dúo de artistas Sara Goldschmied y Eleonora Chiari porque creyó que se trataba de los restos de una fiesta.

Así lucía la obra antes de que la desmontara la empleada de aseo.

La obra llevaba por título '¿Dónde iremos a bailar esta noche?', y era un salón lleno de botellas vacías, restos de confeti y hasta una bola disco. Según explicó el museo a la cadena BBC, la creación quería transmitir el hedonismo y la corrupción que reinaban en la política italiana de los años ochenta.

Por el error de la señora de limpieza el museo tuvo que cerrar la exposición y rearmarla con los elementos encontrados en bolsas de basura.

No es la primera vez que ocurre esto

Hace cuatro años, una señora de limpieza destruyó una obra valuada en 800.000 euros porque pensaba que estaba sucia.

La mujer que trabajaba en el museo Ostwall de Dortmund (Alemania) limpió una obra del polémico artista Martin Kippenberger que databa de 1987.

Era una torre de tablas de madera que se elevaba hasta los dos metros y medio de altura. A los pies de la torre descansaba una artesa (un instrumento para amasar el pan) con una gran mancha de cal blanca valorada en más de 800.000 euros. La señora se afanó tanto en limpiar que destruyó parcial e irremediablemente la pieza.

En febrero de 2014 otra empleada de limpieza tiró a la basura una obra de arte, esta pieza del Museo de Bari estaba abalada en 10.000 euros y era una composición de trozos de diario, cartón y galletas que estaban esparcidos por el suelo. Según los responsables del museo, pretendía denunciar la contaminación atmosférica en el planeta.

Ecce Homo, un caso similar

Hace tres años le dio la vuelta al mundo la polémica restauración de un Eccehomo de un siglo de antiguedad que estaba en uno de los muros de la iglesia del Santuario de Misericordia de la localidad zaragozana de Borja. La restauración la hizo Giménez.

La obra original, una pintura mural de unos 50 centímetros de alto por 40 de ancho atribuida a un artista del siglo XIX, Elías García Martínez, iba acompañada de una leyenda que rezaba algo así como 'Este es el resultado de dos horas de trabajo a la Virgen de la Misericordia'.

Después de la 'restauración' la pieza quedó completamente irreconocible y fue motivo de burlas en las redes sociales.