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Un combo de rayas y un banco de cojinúas andan dando vueltas desde hace varios meses, junto a un caballito de mar que ya es residente en las costas de Punta Iguana, en la ciénaga de Los Vásquez, isla de Barú, jurisdicción de Cartagena.

El hallazgo lo hizo el grupo de expertos en biología marina de la Fundación Eduardoño, cuando empezaron a inspeccionar el área concesionada por la Dirección General Marítima –Dimar–, para la construcción del Parque Temático de Buceo de la ciénaga de los Vásquez, que fue inaugurado en la tarde del viernes con el apoyo de la Vicepresidencia de la República.

Esta zona apartada del Parque Natural Coralino del archipiélago de Nuestra Señora del Rosario, fue elegida, según el biólogo marino Juan Carlos Gutiérrez, porque 'es una meseta de arena y porque no es recomendable colocar un arrecife artificial cerca de uno natural'.

La construcción. Cuando la Fundación Eduardoño decidió en agosto crear un arrecife artificial con forma de barco de papel, en Cartagena, se encontró que la Vicepresidencia de la República estaba preparando el hundimiento del exbuque ARC Quindío, que medía 70 metros de largo y pesaba 600 toneladas de hierro, y que sería parte de un nuevo espacio para bucear en La Heroica, puesto que el Parque Coralino de las Islas del Rosario venía pidiendo 'un respiro'.

'El objetivo que visualizamos con Parques Nacionales era dejar de saturar de visitantes al arrecife natural y darle una clase de amortiguamiento con un arrecife artificial', manifiesta el biólogo.

Esta embarcación va a estar junto a los botes Tolú y Atlas que fueron sumergidos hace algunos años por buzos expertos de la Base Naval de Cartagena.

'Empezamos todo el proceso de construir la pieza artística que sería donada por la fundación, la cual fue hecha por la empresa Cotecmar en lámina naval', cuenta Gutiérrez, quien indica que luego del proceso de creación de la escultura Barquito de Papel, esta pasó por un proceso de lijado para hacerla 'muy rústica' y que así las especies marinas se puedan adherir mas fácil y más rápido.

El ARC Quindío, como los otros botes, fue intervenido también por el Protocolo de Londres, el cual indica que antes del hundimiento de una embarcación esta debe ser sometida a un proceso, en el que deben ser retirados elementos como: espumas, plásticos, partículas de combustibles, baterías con plomo y ácidos.

El biólogo dice que luego de ese proceso, vino el respectivo lijado.

'En apariencia, las estructuras se ven raras, como viejas, pero deben sumergirse así porque bajo una superficie áspera y corroída es que se adhieren más rápido los animalitos y las algas marinas'.

El hundimiento. Alrededor de la 1 de la tarde del pasado viernes, buzos expertos de la Armada Nacional lideraron la inmersión del Barquito de Papel que se hundió lentamente, para ubicarse en el centro de las otras embarcaciones que se encuentran situadas en forma de estrella.

'La inmersión de esta estructura fue muy fácil porque recurrimos a la gravedad debajo del agua. Igualmente en el fondo está sujetada con una clase de anclajes que tienen tres metros de profundidad, por si hay una tormenta no se vayan a desprender ninguno de los botes del sitio', explica.

Con el ex ARC Quindío fue un poco diferente, porque además de sus grandes condiciones de tamaño y peso, se trataba de una de las embarcaciones insignias de la Armada Nacional, que alcanzó a sumar 51 años siendo utilizada como buque de Investigación.

El tiempo de inmersión de ‘zapatico’, como se le conocía al Quindío, estaba programado para 17 minutos, pero en cuestión de segundos el proceso controlado por válvulas de hundimiento se dio, dejando perplejos a los espectadores ante la caída de un 'grande', que servirá de hogar para cientos de especies marinas.

El futuro. La entidad de Parques Nacionales de Colombia, la Fundación Eduardoño, la Comisión Colombiana del Océano y la ONG Conservación Internacional, en especial esta última estarán encargadas de realizar sesiones de monitoreo para el seguimiento biológico de las especies que poblarán las embarcaciones.

'A poco menos de 30 metros de profundidad tendremos en cinco años una diversidad amplia de flora y fauna. Un suceso como ese solo se da en el Caribe colombiano', concluye Gutiérrez.

En EEUU y Tailandia

Desde hace años, los gobiernos de todo el mundo han estado hundiendo grandes piezas de equipos obsoletos o dañados en el océano para convertirlos en arrecifes artificiales. Coches, buques de guerra, tanques y muchas cosas más descansan en el fondo del mar y hacen de hogares para la vida marina, que atraen a buzos en busca de lugares asombrosos. Es el caso del Santuario Nacional de la Marina, en Florida, Estados Unidos, en donde se encuentra la antigua nave de misiles General Hoyt S. Vandenberg, en donde habitan más de 113 especies diferentes de peces, algas y esponjas marinas. En Tailandia fueron sumergidos 25 tanques del ejército, en julio de 2010, para formar arrecifes artificiales y crear así un hábitat para los animales marinos.

Así fueron los hundimientos

El ‘Barquito de Papel’

‘Barquito de Papel’ es la estructura que estará en el centro del parque temático. Su inmersión fue respaldada por buzos expertos de la Armada Nacional y se hizo lentamente por medio de una grúa que lo llevó desde un planchón hasta la superficie del mar y por medio de un sistema de gravedad llegó al fondo de este.

El exbuque ARC Quindío

El ex ‘ARC Quindío’ pasó de blanco a amarillo oscuro para ser sumergido en el fondo del Mar Caribe. Su hundimiento se dio por medio de un sistema físico de válvulas de escape de agua, que fueron controladas por medio de tubos que lo llevaron hasta el fondo, donde lo esperaban unos bloques de cemento.