La lluvia de ‘estrellas’ de las Leónidas es la protagonista del espectáculo estelar de esta noche que podrá observarse a simple vista, sin necesidad de telescopio, en condiciones óptimas: cielos despejados y poca contaminación lumínica.
Este evento astronómico, uno de los últimos del año, toma su nombre de la constelación de Leo, que es el radiante o la zona desde donde parece provenir la lluvia de meteoros.
Los destellos de luz en el cielo comenzaron a interactuar con la atmósfera terrestre desde el pasado 13 de noviembre, pero su punto más álgido inició esta madrugada y se prolongará hasta el miércoles.
¿De dónde provienen?
'La lluvia de estrellas de las Leónidas en realidad son restos de un cometa', afirma Jorge Salazar, director del Grupo de Astronomía Apolo, que aclara que los destellos de luz en el cielo son meteoros, partículas pequeñas –de decenas de micras– desprendidas por el cometa Tempel Tuttle.
Este cometa, responsable del espectáculo de las Leónidas, tiene un tamaño de unos 2 kilómetros y su órbita da una vuelta alrededor del Sol cada 33 años.
Aunque la lluvia de estrellas ya ha empezado, expertos señalan que la tasa de meteoros, de unos 20 por hora, no es muy alta para fenómenos de este tipo.
'Todos los años, cada vez que la tierra pase por el enjambre de fragmentos del cometa, va a ser menos la tasa de meteoros por hora porque es como si la Tierra ‘barriera’ esa parte de la órbita del Tempel Tuttle', explica Salazar.
Esta lluvia de estrellas, que varía mucho de un año a otro, resulta más activa en los años en que el cometa pasa más cerca del Sol, lo que se conoce como perihelio, que ocurre cada 33 años.
En 1966 fue la última vez que las Leónidas tuvieron una tasa de miles de meteoros por minuto, calificando como una tormenta de estas partículas celestes. El evento podrá repetirse en el próximo perihelio que tendrá lugar en 2031.
Pese a que no es el mejor periodo de las Leónidas, en esta ocasión, la luna está del lado de los observadores, en la fase de cuarto creciente no dificultará la visibilidad del fenómeno.
Lluvia de estrellas en la antigüedad
El conocimiento científico que explica las lluvias de meteoros es reciente. En la actualidad se sabe que las pequeñas partículas de los cometas son atraídas por la gravedad de la Tierra, y al entrar en contacto con la atmósfera se calientan, ionizan el aire (lo carga eléctricamente) y se encienden creando los destellos de luz en el cielo nocturno.
Las culturas antiguas no contaban con datos suficientes para entender el por qué de las lluvias de estrellas y por ello asociaban el evento astronómico a los designios divinos, así lo comenta Orlando Méndez, director del Planetario de Combarranquilla.
'Las antiguas culturas griegas pensaban que las estrellas fugaces eran mensajes de los dioses que estaban furiosos. Eran presagios de mala suerte o representaban una desgracia por venir', comenta Méndez.
Salazar agrega que en el caso de la civilización de los caldeos, estos creían que 'las estrellas fugaces eran las almas de las personas en su camino al cielo'.
Próximas lluvias de estrellas
La siguiente cita con los rastros brillantes de un comenta es por cuenta de las Gemínidas que comienzan el 7 de diciembre y terminan el día 16 del mismo mes. El punto máximo de las Gemínidas se dará entre el 13 y 14 de diciembre,con una tasa de 50 a 100 meteoros por hora, lo que la convierte en una de las más populares del año.
'Como la Tierra recorre esta órbita todos los años, por eso las lluvias de estrellas se dan para las mismas épocas', dice Méndez y agrega que la mayor visualización ocurre en horas cercanas al amanecer.
Para el avistamiento de las Leónidas es necesario que el cielo esté despejado, también sugiere que los observadores se ubiquen en zonas con poca contaminación lumínica y, por último, 'mirar al cielo con paciencia'.