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El momento de dejar los stands de ferias artesanales ubicadas al interior de recintos comerciales y culturales y saltar a la pasarela llegó para marcas como Aborígenes, Grass y Cenaida Coll, que, apadrinadas por el Servicio Nacional de Aprendizaje (Sena), cumplieron con su primer desfile en el marco de un evento de moda como el Barranquilla Fashion Week.

En la primera pasarela de los dos días de feria fueron los emprendedores de esta entidad los encargados de demostrar de qué está hecho el talento local, con una mano de obra artesanal como gran componente de sus propuestas.

Hamsa, con su línea de vestidos de baño a base de tejidos y combinados con las acostumbradas lycras impermeables de esas piezas, fue la primera en subirse al escenario del salón Jumbo del Country Club, que se llenó en la tarde de moda. Trikinis y bikinis con una reinterpretación del escote bardot, muy presente en esta temporada, se pintaron de colores ácidos como el verde y el morado, y el neutral negro.

Aborígenes continuó la presentación, con sus maxicollares y pectorales elaborados con el totumo mokaná de Tubará, tierra de Luis Antonio Galindo, uno de los artesanos, y el fique de la soledeña María De la Hoz, su esposa.

Dora Sánchez, una paisa afincada hace muchos años en Barranquilla, logró, con su marca Grass, elevar a un nivel superior a las acostumbradas creaciones de bisutería y artesanía que se suelen vender en las ferias. Intrincadas combinaciones de técnicas manuales, como maxi collares elaborados a partir de aleaciones de bronce y baños de oro, con incrustaciones de piedras como cuarzos, o nácar, canutillos y muranos, desfilaron por la pasarela en un arcoíris de tonalidades.

Cenaida Coll le puso el toque más divertido a los accesorios y complementos con una explosión cromática que pasó de las mochilas multicolores –con aderezos de cristales, borlas y cintas– hasta aretes y estructuras de tobilleras con el mismo espíritu chic y ‘folk’.

Ropa con ‘origen’

En el mismo desfile apoyado por el Sena participaron marcas enfocadas en la moda femenina casual y en el universo íntimo.

Amargo, del diseñador gráfico barranquillero Joaquín Camargo, propuso un juego de estampados en Origen, una colección para la mujer que quiere sentirse auténticamente coqueta, anclada al lugar de donde él viene.

La 'exuberancia del palo de mango' y los pisos de mosaico de las antiguas casas barranquilleras los evocó el creador en ensambles de shorts y blusas de manga hippie, cropt tops, enterizos de silueta culotte y vestidos de aire ligero, estampados, únicamente, con un par de grafías de tonos corales, blancos, verdes y negros. Los accesorios estuvieron a cargo de Mazal Blanco.

Alicia Mahecha convirtió la hora de dormir en un sensual ritual vestido de sedas beige, rosas y blancas, mientras que Retro Chic jugó con el volumen de los boleros en hombro y cinturas femeninas, con bloques de color azul cobalto y, de nuevo, el coral, que mandó en la pasarela. A los hombres los ataviaron con siluetas rectas teñidas de rosa y amarillo pastel.

Mascotas, a desfilar

Cuando la primera pasarela de la tarde parecía terminar, la voz en off que anunciaba los desfiles previno a los asistentes de que aún faltaba algo por ver en esa jornada inaugural. Pet Closet, de Mafe Serrano, haría su arribo para mostrar que las mascotas de la casa viven la moda a su propio ritmo.

Yorkshires vestidas de princesas con tutús de tul, chihuahuas con delantales estampados y trajes nupciales, french poodles con jeans y hasta faldas ‘midi’ y crop tops dieron muestra del último ‘ladrido’ de la moda canina, en una pasarela que hizo sacar a los asistentes sus smartphones para retratar uno de los eventos más irreverentes en el marco del BQFW, que continúa hoy, a partir de las 5 p.m. en el salón Jumbo.