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La escritora y periodista boliviana Magela Baudoin arribó en Barranquilla el pasado martes para participar en un conversatorio, en la Biblioteca Meira Delmar, junto al poeta local Antonio Silvera Arenas, como parte de la semana de actividades académicas previas a la segunda entrega del Premio Gabriel García Márquez, que se realizará este viernes y del cual es una de las cinco finalistas.

Baudoin trabajó como periodista por más de 20 años en diferentes medios de comunicación de Bolivia y desde hace 5 abandonó su profesión para dedicarse totalmente a la literatura.

La autora fue elegida por su libro de cuentos La composición de la sal (2014), además de haber escrito el texto de perfiles Mujeres de costado (2010) y la novela El sonido de la H (2013) , por la cual recibió en ese mismo año el Premio Nacional de Novela Alfaguara, el galardón literario más importante que se concede en su país.

¿Cómo fue su transición de periodista a escritora?

Yo soy escritora desde hace muchos años, de hecho mi primer libro publicado fue uno de entrevistas que hice a importantes mujeres que han tenido relevancia en la historia contemporánea boliviana, y yo siempre he tenido apreciación por la literatura desde la niñez, era algo que siempre estaba ahí pero que había postergado ya que en Bolivia -no sé en otros países de Latinoamérica-, vivir de la literatura es algo irónico. Pero en un punto de mi vida tomé la decisión de dejar mi trabajo formal y dedicarme a la literatura, de modo que lo estoy haciendo ahora.

¿Cómo define el cuento y qué siente que transmite este que otros géneros literarios no?

El cuento está cargado y envenenado de humanidad, eso es lo que me gusta de él, que tiene una potencia muy grande y una transición muy grande en poder revelar y condensar una historia una mente. Me ha gustado su precisión, creo que la novela es mucho más intuitiva en esto y el cuento es mucho más exigente.

¿Qué significa para usted estar como finalista de este Premio?

Es un privilegio enorme. Esta es una vitrina inmejorable, no solo para mostrar mi literatura sino la boliviana, que ha estado poco expuesta en el mercado editorial. No solamente por lo que significa la magnitud del premio, sino por lo que representa que sea un premio de Gabriel García Márquez, que es una marca indeleble para los escritores latinoamericanos; de forma que es un privilegio muy grande.

¿Cuál es la experiencia más representativa de su carrera literaria?

Esta respuesta se divide en dos. Primero, el proceso de crear y dirigir un programa de escritura creativa, el único que existe en Bolivia, y poder romper el mito que la escritura es algo que no se puede aprender, me parece que es algo definitivo en mi carrera como escritora. Por otra parte, la publicación de mis libros, que es la terminación de un proceso doloroso y difícil, pero que termina de reafirmar la vocación.

¿Qué le aconseja a los jóvenes que quieren ser escritores?

Pienso que la principal cosa es leer, no hay un buen escritor que no sea un buen lector. Leer es definitivo en la carrera del escritor y que escriban con las entrañas, desde adentro.

En caso de que ganara el Premio, ¿qué le gustaría hacer después?

Quisiera poder dedicarme por entero unos 3 años a escribir, que es algo que por lo pronto no puedo hacer, porque tengo un montón de responsabilidades académicas y domésticas que están ahí compitiendo con la literatura. Pero pienso que un premio siempre es oxígeno para un escritor.