John Parra Mazo guinda con mucho cuidado, en el espacio final donde van las camisas de su clóset, el disfraz que en los últimos cuatro años le ha dado alegrías y satisfacciones, más de las que ha tenido a lo largo de sus 40 años de vida.
Se trata de un atuendo similar al que usó el actor mexicano Carlos Villagrán cuando personificó a Kiko en la serie televisiva El Chavo del 8, creación del desaparecido humorista Roberto Gómez Bolaños, Chespirito, quien el pasado 28 de noviembre cumplió un año de fallecido.
La prenda, una especie de uniforme de marinero color negro, permanece en un gancho de madera y está cubierta por una bolsa plástica. En otro espacio del clóset, dice Parra, van guardados los tenis, las medias y la consabida gorrita de colores. La enorme pelota que rebotaba el personaje cada vez que aparecía en escena, la mantiene encima del escaparate, también envuelta en una bolsa de basura de tamaño industrial para evitar el polvo.
La afición por el personaje y la serie televisiva, manifiesta Parra, ha crecido tanto que el patio de su casa se convirtió desde hace algunos años en una pequeña vecindad, en la que viven hoy personas arrendadas en habitaciones. El lugar, administrado por su padre, Álvaro Parra, está pintado lo más parecido posible a como lo estaba el set de grabación del programa, e incluso tiene el barril de madera como en el que se ocultaba el Chavo, personificado por Gómez Bolaños.
Todo esto tiene una razón: Parra y varios miembros de su familia, además de algunos vecinos de la cuadra donde vive en el tradicional Barrio Abajo, en la localidad Norte-Centro Histórico de Barranquilla, representan desde hace cuatro años un colectivo de disfraces llamado la Vecindad del Chavo de Barrio Abajo, el cual reaparece en cada Carnaval.
SIN EL CHAVO
En medio de sus ocupaciones diarias, pero a la vez pensando en el Carnaval del año entrante, hoy el grupo de vecinos del populoso barrio busca al personaje principal: el Chavo. ¿La razón? El joven que lo representaba, explican John Parra y el resto de vecinos, se llenó de nervios al ver a tanta gente aclamándolo cada vez que salía en los desfiles.
'El muchacho se llama Fabián Pedroza y se fue del grupo por pena. Nos dijo que sentir tanta ovación de la gente en el Carnavalito de los niños que le daba pena. 'Eso nos pasó en el Carnaval de 2014, lástima porque se parece mucho al Chavo', expresa Parra.
LOS PERSONAJES
De las 11 personas del colectivo de disfraces, 7 hacen parte del círculo familiar de los Parra Mazo. John es el hermano mayor de Adriana, quien personifica a la Chilindrina.
Adriana, instrumentadora quirúrgica de profesión -de 35 años-, manifiesta que la idea de disfrazarse de los personajes de la Vecindad del Chavo del 8 surgió 'sin querer, queriendo', en una reunión para recoger fondos para la comparsa El Garabato del Barrio Abajo, de la que también hacen parte miembros de su familia.
'El grupo se conformó en una reunión, para recoger fondos para la danza. Decidimos hacer una fiesta de disfraces y mi hermano (John) dijo que se iba a disfrazar de Kiko y cada uno de nosotros empezó a buscar al personajes que más se parecía, así como en el resto de la vecindad', explica Adriana.
En esa 'misión carnavalera', recuerda, se vincularon su tía Gloria Mazo, como Doña Florinda; su tío Freddy Mazo, como el doctor Chapatín; su hermana Mónica Parra, como la Popis; su cuñado Carlos De la Hoz García, esposo de Mónica, como el profesor Jirafales; su tía Jacqueline Mazo, como la Chimoltrufia, y el tío John Jaime Arenas, como Don Ramón.
De resto, el vecino Armando Alarcón personifica al Señor Barriga; Daysi Paguana Cabrales hace de Doña Cleotilde, la bruja del 71; Ana Lida Pedroza, como Doña Nieves, y Gerardo León, hace del Chómpiras.
'Hace 4 años que lo ideamos y hoy ya vemos los frutos. Este año nos dieron el Congo de Oro por mejor colectivo de disfraz y mejor presentación en el desfile del Rey Momo, en la calle 17. Para 2016 ya tenemos lista la salida en Batalla de Flores', comenta Adriana, quien dice que se parece a la Chilindrina en lo 'inquieta y bajita'.
Carlos De la Hoz, economista de profesión, asegura que participar en el colectivo de disfraces ha conseguido estrechar los lazos familiares, y revela que en ocasiones se reúnen solo para hacer 'críticas constructivas' en torno a los disfraces y los personajes.
Dice que tiene 'mucho' parecido con el personaje que personificó en la comedia Rubén Aguirre, 'por la talla, por mi imagen seria y por el don de la enseñanza'.
John Jaime Arenas, Don Ramón, a diferencia del personaje del desaparecido Ramón Valdés, afirma que sí trabaja y 'mucho', manejando un vehículo pesado.
Armando Alarcón, el señor Barriga, es en realidad un ingeniero químico que vive a cuatro casas de la familia Parra Mazo, y de cánones arrendatarios dice 'saber poco'.
La tía Jacqueline Mazo, diseñadora de modas, es quien confecciona los disfraces de los personajes y también está pendiente de que cada uno los personajes salga con el atuendo ideal.
Y Daysi Paguana Cabrales, la bruja del 71, cuenta como anécdota que los Parra le rogaron para que se disfrazara y hoy, después del éxito que han tenido y la distinción que ganaron, espera una oportunidad para usar su atuendo azul cielo. 'Es una maravilla ponérselo; a la gente le encanta', afirma.
Paguana trabaja en el área administrativa en una clínica oftalmológica.
LO QUE VIENE
Los Parra señalan que lo que más les inquieta es conseguir a quien quiera llevar el honor de ser el Chavo en el Carnaval de 2016. 'Ya se viene diciembre y los carnavales empiezan en enero. Me asusta que el domingo 31 de enero es el Desfile de los Niños, nuestro evento más fuerte, y el Chavo nada que aparece', menciona John Parra.
Tarde, mañana y noche, añade Kiko, cada uno de los personajes monta guardia en el Barrio Abajo por si ven pasar a alguien que pueda con la fama que pesa sobre el niño huérfano, de cargadores y ropa corroída, que vive en un barril.