Desde las diez de la noche sonaron los tambores en la casa del Carnaval anunciando el comienzo de la alborada del Rey Momo, Lisandro Polo. El desfile de música, tradición y folclor se vistió de civil para inaugurar la ‘Calle de las luces’ en distintos puntos del Barrio Abajo. La vuelta a la manzana junto al grupo de millo captó la atención de los residentes que se fueron uniendo a la celebración y llenaron toda la calle 50.
'Aquí está la esencia de las cuatro fiestas: las velitas, la navidad, el año nuevo y los carnavales', dijo Polo en medio de su baile. Los diferentes grupos folclóricos, comparsas y disfraces de la comunidad se quitaron el disfraz para disfrutar, como comitiva del Rey Momo, el inicio de las fiestas decembrinas, que en Barranquilla llegan un aire a Carnaval.
El 7 de diciembre es una de las fechas más tradicionales del mes en Colombia, es el día de la Inmaculada Concepción de la Virgen María, que ocurrió libre de pecados. En la madrugada del 8 prender velitas en los faroles marca el principio de las fiestas navideñas. En la capital del Atlántico se inaugura al son de la cumbia, el porro y el fandango.
'La gente nos ha recibido muy bien, están alegres y gozando este Carnaval de todos. Durante el recorrido con la papayera la señora Amelia me metió en su casa para mostrarme todas las fotos de los desfiles en los que participó como cumbiambera. Hoy tiene 75 años y aunque hace 2 no sale en el Carnaval, su espíritu rumbero sigue intacto', contó el Rey Momo.
Así, con una concurrida rueda de cumbia y fandango, con las polleras al viento y los sombreros hacia el cielo, barranquilleros y extranjeros bailaron al ritmo de los tambores. En ese son se tomaron toda la calle 49b entre carreras 58 y 53, una iniciativa también de la Fundación 'Noche de Cumbia y Fandango'. La alborada musical con papayera alertó a los vecinos para que empezaran a prender sus velitas.
De esta forma buscan conservar una de las prácticas populares más significativas de la región, que según la tradición oral dio inició a las cumbiambas o bailes de Cumbia en la época de la colonia donde solían presentarse para las celebraciones eclesiásticas. El festejo callejero se extendió hasta las cuatro de la madrugada con sancocho y pasteles.