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No se toman fotos de los tifos y los trapos. Esa es la primera ley de las muchas que el Frente Rojiblanco Sur impone a su legión de junioristas fervientes para que esa especie de ritual previo al partido no se altere, no se quiebre.

'Cuando citamos a las personas, lo primero que decimos es que no saquen sus celulares', dice Gabriel Vallejo –Ruso, en jerga barrista–, parado sobre la pista atlética del Metropolitano, desde donde tantas veces ha mirado cómo lucen las formas gigantescas de tela que sostiene esa hermandad arropada por el Junior.

No hay fotos de los ensayos de los trapos extendidos sobre la tribuna sur del Roberto Meléndez antes de que salten los tiburones a la cancha; alguna que otra imagen se capta desde los smartphones mientras se elaboran esas sábanas insignes para la barra, pero solo son reveladas una vez la salida llega a su fin y el once inicialista de Mendoza hace rodar el balón.

Es así como hay registro de las diez noches, de a doce horas cada una, que invirtieron 40 miembros del FRBS para completar el ‘tifo teatral’ que explayaron sobre sus cuerpos en el partido de ida de la Copa Águila contra Santa Fe. Era una marimonda colosal, juniorista, junto al Puente Pumarejo, el Muelle y el edificio Miss Universo.

'Fueron casi mil metros de tela. Nos gastamos casi 50 galones de pintura. Eso fue impresionante', comenta Ruso, uno de los líderes de la barra, y quien se ahorra todos los detalles de lo que será hoy la fiesta de Sur en el Metro, un show tan esperado como el mismo partido, un rito implícito al encuentro, regalado –y financiado– por los 42 parches o bloques –cada uno con mínimo 20, máximo 50 personas– que conforman la barra más representativa de ‘Tu Papá’.

El protocolo le indica que poco o nada puede decir acerca de lo que hoy sucederá en la salida, cuando al gramado salten los once jugadores vestidos con la camiseta rojiblanca. Lo que sí alcanza a revelar es que habrá tifo (la gran figura de pedazos de cartón que se forma con gran parte de la tribuna), trapos nuevos y una serie de indicaciones que se deben seguir para que nada extraordinario ocurra y a ningún error de le dé por aparecer.

'Durante la realización del tifo, por favor abstenerse de utilizar la aplicación stun gun (la de la luz parpadeante)', se lee en un mensaje publicado en la cuenta de Facebook del Frente Rojiblanco en la tarde de ayer. Son las redes sociales un motor de movilización esencial para los miembros del Frente, que les ayuda a propagar los movimientos ideales para que nada se les salga de las manos.

Los ‘maestros’

Desde el viernes pasado, la avanzada de la barra planeó lo que hoy ejecutará en el estadio. 'Antes de que Junior jugara, antes de que supiéramos que iba a pasar la final', dice orgulloso Ruso. Con solo tres o cuatro días de anticipación, lograr tener a punto cada parte del tifo, cada trapo cortado y retocado, sería imposible. 'No dormimos. Todo por Junior'.

Cada salida se define en las reuniones generales que organiza el FRB previo a cada partido. 'El integrante opina y captamos las ideas de ellos. Pero ahora mismo, las salidas las organizan cinco personas, de los cuales cuatro son líderes'. Daniel Cristancho (o ‘Kolchón’), Jeison Builes, Elvis ‘Rebolo’, Gustavo Molina y Germán Hoyos (José ‘Bella Arena’) son las ‘mentes maestras’ tras cada tifo y/o trapo; ellos deciden cada mínimo detalle de esos casi cinco minutos intensos de fiesta, con serpentinas y hasta y pirotecnia.

'Nosotros teníamos a un maestro, a Villa, desafortunadamente falleció, pero ahora buscamos a un muchacho que no es hincha de Junior, Kenor, otro maestro'. A él, Ruso, o Gabriel, o cualquier otro de los nueve líderes del Frente le dice Kenor cuánto tiempo invertirá pintado trapos, 'y y nosotros buscamos la cantidad de gente para combatir, porque esto es un combate contra el tiempo'.

Cerca de 40 o 50 ayudan, en noches enteras, a pintar los metros de tela, y ese número casi se redobla una vez las grandes figuras logradas a mano ingresan al Metro. Son el alma de la fiesta.

El protocolo

'El trapo tiene una seguridad, porque un trapo para nosotros es lo más importante que tenemos'. Envueltos en esas sábanas viajan los instrumentos de los 32 integrantes de la banda musical, que con bombos, redoblantes, repiques, trompeta, saxofón y lira interpretan una banda sonora dedicada al equipo de sus amores.

Los trapos deben viajar seguros, en una ruta cuyo recorrido se guarda con celo por unos pocos barristas. 'Ni la Policía sabe a veces', aunque de vez en cuando deban llamar a su ' ángel guardián, el sargento Asprilla, que trabaja con las barras de Sur y Norte, y resuelve todo gracias a Dios'.

Trapos adentro, doce horas antes del partido, comienza un periplo que define Gabriel con siete palabras: 'Hambre, cansancio, calor, sol. Y entrega máxima'.

Comienzan los gritos de las dos logísticas que se conforman: la de la salida (se ubican, con megáfonos, entre cinco y diez integrantes en cada entrada dando indicaciones al resto del público de la tribuna) y la de los trapos, de la cual están a cargo ochos personas que entregan tres modelos de croquis previos con la ubicación de cada telar, para final ser elegido un único modelo por los líderes.

Una requisa de casi dos horas debe soportar esta última avanzada, conformada por miembros de los bloques Guevara, Rebolo y Bella Arena. Luego viene otra labor compleja: engranar cada extremo en su lugar, atarlo en cada silla, dejar en le lugar preciso cada cosa.

Ensayos de tifos, una y otra vez, van consumiendo las horas que anteceden el partido.

Sesenta minutos antes del encuentro comienza la banda a tocar. Son el pulmón del metropolitano. Nosotros –el Frente– somos la voz, porque de Sur nace la fiesta del Metropolitano'. ¡Bienvenidos todos!