El pasado sábado a las 5:45 p.m., vestida con una pollera ‘coloreada’ y con un crop top fucsia, su majestad Marcela García Caballero abrió la puerta que conecta el área de las habitaciones de su casa con la sala, y dio la bienvenida a los invitados que, ansiosamente, esperaban verla antes de emprender el camino, rumbo a la celebración de la Lectura del Bando 2016.
'Ustedes son lo máximo', dijo sonriente la reina, mientras tomaba su pollera con las manos y caminaba, junto a sus acompañantes, al palacio real, la ‘KZ’, ubicada a unos cuantos metros de su casa.
'¡Ahí viene la reina!', se le escuchó gritar a uno de los integrantes de su comitiva, aquella que se desbordaba hasta la mitad de la calle y que impedía el paso de los vehículos.
'Y se formó la gozadera...', sonaba de fondo en la ‘KZ’, canción de Gente de Zona y Marc Anthony que quedaba a pedir de boca con el eslogan de la reina.
Mientras la soberana saludaba a cada uno de sus invitados, apareció Cristina Felfle y la sorprendió con un fuerte abrazo, ese mismo que le dio Marcela, hace un año, cuando fue ‘Cristy’ la reina del Carnaval de Barraquilla 2015.
'¡Que viva la reina Marcela!' ¡Que viva!', gritaban sus amigos, al mismo tiempo en que ella y su ‘equipo real’ subían a la carroza real que los transportaría hasta el primer lugar, de los tres, que visitaría durante la noche.
Plaza de la Paz
'¡A lo que vinimos!', fueron las primeras palabras de su majestad al poner un pie en el parqueadero de la Plaza de la Paz, a las 6:37 p.m. '¿Estás emocionada Marce?', le preguntaron, a lo que ella respondió 'No hay palabras, no hay'.
'¿Qué dicen esos congos divinos?', preguntó Marcela al encontrarse a integrantes del Congo Barranquillero de Rebolo, que se preparaban para su presentación en la Lectura del Bando.
Alrededor de 400 bailarines se tomaron el salón de la plaza y lo utilizaron como su camerino. Maquillajes, disfraces, sonrisas y nervios invandieron ese lugar, pero luego de que la reina entró, alivió la presión tomándose selfies con todas los grupos.
Antes de que Marcela entrara a su camerino, apareció el Rey Momo, Lisandro Polo, quien en un tono bajo, mientras abrazó a la reina, le dio los mejores deseos para su espectáculo.
'Vámonos, si nos quedamos no salimos a tiempo', se le escuchó decir a Nístar Romero, una de sus chaperonas, a lo que la soberana obedeció y entró a una carpa blanca, ubicada justo detrás de la tarima.
Poco más de una hora y media tuvo Marcela para arreglarse en su primera salida al escenario, que fue un poco después de las 8:30 p.m. A pesar de que Romero había dicho que 'arreglar a una reina puede tardar más de dos horas'.
Después de un poco de magia en el camerino, Marcela saltó a la tarima bañada en cristales blancos que adornaron su primer vestido. La reina presentó un show impecable, en el que mostró sus habilidades con los distintos ritmos carnavaleros que protagonizan la fiesta de Barranquilla.
Cancha de Nueva granada
Después de pasar por otros cinco vestidos y finalizar el espectáculo, su majestad Marcela vistió nuevamente de cristal, subió a la carroza real y emprendió el camino hacia la cancha del barrio Nueva Granada.
'¡Parece que ya llegó la reina!', anunció por el micrófono el presentador en la tarima, a eso de las 11:26 p.m., mientras la soberana saludaba a los habitantes del sector que estaban por los alrededores de la cancha.
'¡Marcela! ¡Marcela!', gritaban los asistente al evento, luego de que la soberana subiera al escenario, junto a su rey Momo, y un minuto más tarde el champetero Twister ‘El Rey’, los pusiera a ‘tirar pases’.
En el ‘Metro’
A eso de las 12:30 a.m. la reina arribó a la cancha del estadio Metropolitano Roberto Meléndez, donde bailó y gozó junto a Bazurto All Stars en tarima.
Ocho horas después de haber puesto un pie fuera de su casa, la sonrisa y la energía de la reina Marcela no se apagaban. Acompañó a los habitantes del sector hasta un poco más de la 1:20 a.m. 'Misión cumplida', se les escuchó decir a su ‘equipo real’, mientras tomaban gaseosas y comían mecatos luego de la extensa jornada.
Su majestad Marcela García Caballero cumplió satisfactoriamente su objetivo, agarró su pollera, subió a su carroza y emprendió camino a su casa a descansar, por lo menos 3 horas, porque a las 5 a.m. debía iniciar su preparación para la Guacherna Fluvial, que se celebró ayer en la mañana.