Bajo el fuerte Sol que caía sobre Barranquilla a las 2 de la tarde de ayer, y ante la mirada del público que poco a poco se acomodaba en las terrazas y bordillos del los barrios San Felipe, Valle, El Carmen y Cevillar, niños y jóvenes de las Casas de Cultura del Distrito, acompañados de la reina Marcela García Caballero, abrieron la edición número 21 del desfile del Carnaval del Suroccidente.
Desde el Hogar Infantil Carlos Meisel hasta la cancha del barrio Cevillar, pequeños congos y garabaticos, y hasta negritas puloy de la tercera edad, animaron a los asistentes, que en principio no tuvieron necesidad de agolparse unos con otros para ver con claridad a los disfraces y danzantes. Fueron pocos los que no se confiaron de que el desfile iniciara a eso de las 3 de la tarde y estuvieron muy puntual a lado y lado de la calle.
El rey Momo 2016, Lisandro Polo, también se paseó de bordillo a bordillo, saludando a la gente y permitiendo selfis a su lado.
‘La pelona se coló en la fiesta’. Así es como se hace llamar un grupo de 50 bogotanos mayores de 17 años que por tercera se integró al Carnaval de Barranquilla, motivados por la 'buena acogida y respeto que ofrece el público barranquillero'.
Los gorilas, descabezados e indios también desfilaron al ritmo de los tambores de la comparsa Alcanzando Metas, del barrio Las Américas, que les seguían atrás con su fuerza de mapalé.
De hecho, además del congo, este ritmo africano y el son de negro fueron los que predominaron durante el desfile y realzaron la raza negra presente en esta zona suroccidental.
El alcalde de Barranquilla, Alejandro Char, agradeció a los barranquilleros el recibimiento. 'Sin lugar a dudas somos la capital de la alegría', indicó.