Algunas de las danzas tradicionales del Carnaval de Barranquilla han sido opacadas u olvidadas por aquellos despampanantes diseños de fantasía que cada vez abundan más en los desfiles de la fiesta de La Arenosa.
Este fin de semana, unos primates barranquilleros del barrio El Ferry cumplirán 50 años de participar en el Carnaval y, también, de brincar y rascarse para sobrevivir en la historia de esta celebración currambera.
La Danza de los Micos y Micos fue fundada el 7 de diciembre de 1967 por Vicente Pérez Barranco, un nativo de La Guajira que desde pequeño se mudó con sus padres a Barranquilla.
Vicente se enamoró del Carnaval y empezó a disfrazarse desde los nueve años. Actualmente tiene 84.
Su primer atuendo fue el de toro, luego de tigre, pasó a vestirse de negro campesino –por una comparsa en la que participaba–, hasta finalmente, en 1965, que lució el de mico. Fue el primer primate de esta camada, y por el que llega a medio siglo la danza.
'La primera idea de la danza surgió porque una vez mi mamá me llevó a ver el desfile del Carnaval por el Paseo Bolívar. Allá vi a un muchacho disfrazado de mico que me llamó la atención y después, casualmente, me di cuenta de que él vivía en la misma calle que yo', contó el fundador al explicar el origen del disfraz.
Esta idea se fortalecía cada vez que Vicente visitaba el campo y observaba los movimientos que hacían los primates de la zona.
Por esta danza pasó su hija Norelis, quien lleva más de dos años como directora de los Micos y Micas. Además, también han estado las cinco nietas del ‘mico’. Nineth, la mayor de 23 años, tuvo su primera participación a los 3 meses de nacida. 'Ese día en la tarde, ya cuando se había acabado el desfile, empezó hacer una brisa helada y nos criticaron bastante las personas que nos veían con ella', recordó Gregorio Acuña, padre de las niñas y yerno de Vicente.
Actualmente, en la danza participa la menor, de 10 años, quien heredó el mismo nombre de su madre. 'A mí me gusta salir con los Micos por los movimientos y porque toda mi familia ha salido en ella. Más adelante, cuando yo sea quien herede la danza, quisiera hacer otras cosas novedosas', contó la pequeña Norelis.
Solo niños
La danza de los Micos y Micas Costeños está conformada por niños vecinos del barrio El Ferry, entre los 3 y 15 años de edad. 'No saco la danza con adultos por el ron, se ponen a beber y no bailan. Yo no tomo trago en los cuatro días del Carnaval. Tomo el Miércoles de Ceniza', dijo el Vicente.
Jean Carlos Pelufo, ‘mico’ de 13 años, participa en la danza desde que tenía cinco. 'Norelis ponía a los niños a practicar en el callejón. A mí me gustaba verlos bailar y sus disfraces. Después, yo se la monté a ella para que me dejara bailar', contó.
Vestimenta y baile
El disfraz de los Micos y Micas está conformado por un enterizo de pantalón y camisa marrón, una máscara hecha en papel maché, una cola y, para las ‘micas’, una falda.
Por otro lado, la coreografía de los micos consiste en movimientos libres. No tiene parámetros establecidos. Los participantes de la danza imitan los movimientos y el sonido de los primates en su hábitat natural, además de hacer bromas al público.
Su fundador aseguró que, durante los desfiles, las personas les lanzan billetes, con el fin de ver correr a los micos. 'A los muchachos siempre le tiran plata. Es la única danza en que lo hacen. A veces se recogían entre 70 a 80 mil pesos por desfile', contó.
La novedad
La actual Norelis cuenta que este 2016 la camada viene renovada para ganar en el Carnaval. 'Compré telas brillantes para el rabo y la falda de las micas. La sorpresa de este año es que lo micos vienen reformados. Esperamos que le guste al público', aseguró.
Las colas de las ‘micas’ serán fucsia, de la misma manera que las faldas, y las de los ‘micos’ serán plateadas con negro y azul.
Esta danza, única en su especie, es considerada especial por tener baile, música y coreografía tradicionales de la región Caribe. Por este motivo recibirá un homenaje en el Festival de la Tradición, este martes 8 de febrero en la Plaza de la Paz.
Este festival presenta la riqueza cultural de las danzas especiales y de relación, considerada tesoros vivos de estas fiestas. 'Es una alegría, no tanto para mí sino para toda la ciudad de Barranquilla, por ser la única danza de micos. No tengo competencia y es una danza de tradición', remata airoso Vicente.