Compartir:

Con vitalidad y una sonrisa de oreja a oreja, José Llanos Ojeda animaba a un grupo de bailarines de su comparsa Selva Africana, que lo seguían sobre el asfalto caliente de la Vía 40 en la Gran Parada de Comparsas. Cada uno de ellos podría tener la mitad de su edad o tal vez menos.

Con gritos y señales de sus brazos, el artesano de 70 años que fue rey Momo en 2013–cuando el Carnaval celebraba su Bicentenario–alentaba a los jóvenes integrantes de esta danza reconocida en esta fiesta por unir dos manifestaciones artísticas: el baile y un fino trabajo manual y artesanal en sus máscaras y tocados.

Sin importar el asfixiante calor, las capas de maquillaje en el rostro, que después de un par de horas de desfile se empezaban a desvanecer, ni que el cuerpo estuviera agotado por los numerosos ensayos previos a los desfiles, Llanos se movía entre los bailarines como pez en el agua, recordando a quien lo viera que el Carnaval es algo que se vive en la mente y en el corazón, y que poco tiene que ver con la edad.

El exrey Momo vestía completamente de azul, y sobre su cabeza portaba un tocado con el rostro de un gorila elaborado en papel maché en su taller de Galapa, municipio del Atlántico. Los bailarines–que danzaban al ritmo agitado de los tambores–llevaban también con orgullo las caras de estos animales sobre sus cabezas, mientras se contoneaban e interactuaban con el público congregado en las tarimas que a lado y lado se erigían sobre la calle.

'Yo vivo el Carnaval todo el tiempo. A veces estoy durmiendo y me levanto en la mitad de la noche pensando en la fiesta. Esto es lo que me hace feliz. El Carnaval también es arte y magia, no solo baile. Yo pienso que sin máscaras esta fiesta no está completa, por eso hace 40 años me inventé este mundo africano que está lejos de Barranquilla, pero que hoy se vive justo aquí', expresa Llanos.

El legado del trabajo que este artesano inició en 1977 lo llevan vivo sus hijos Luis Demetrio y Javier, que ese día acompañaban a su padre luciendo sus trajes de animales salvajes y bailando con orgullo para cumplir tal papel. Su hijo Javier, quien confiesa que la noche anterior se acostó a las 3 de la mañana en el Festival de la Cerveza, estaba bailando como si nada. Cuenta que incluso contagió de alegría carnavalera a su novia, Daniela Charris, con quien lleva 3 años de relación y dos desfilando en Carnaval. Este 2016 son jaguares y se sueltan de la mano solo para posar para las fotos. 'Antes de conocer a la familia Llanos vivía muy poco el Carnaval. Era algo amargada, pero gracias a ellos doy fe de que quien lo vive es quien lo goza', expresa Charris.

Rostros de la tercera edad. Así como José Llanos no deja que la alegría del Carnaval se extinga en su corazón, son muchos los barranquilleros de la tercera edad que también se gozan esta fiesta, bailando con admirable entrega las largas calles. 'Esto me da vida', dice Ninfa Domínguez, que cuenta con 69 años y es la reina de la comparsa La Múcura, organizada por el grupo de la tercera edad de Comfamiliar.

Domínguez bailaba con emoción, luciendo su traje de satín azul claro con cobre. Incluso hacia el final del desfile seguía su marcha con paso firme. Desde hace 14 años participa en esta comparsa, pero asegura que 'baila desde niña'. Alrededor, sus compañeras y compañeros, mostraban la misma alegría. Al igual que ellos, Sonia Morrón caminaba y bailaba cada paso de este desfile con sus 73 años. Vestía un traje de garabato y hace una década luce la misma sonrisa que la acompañó ayer, en esta Gran Parada de Comparsas.

Una historia familiar

El primero de febrero de 1977 nació Selva Africana, comparsa de tradición popular. La idea que dio origen a esta colorida agrupación fue del artesano de Galapa José Llanos Ojeda. Antes de consolidarse como comparsa, Llanos, junto a otros habitantes de Galapa, realizaban las máscaras de animales que tenían–y tienen– una gran popularidad en las fiestas de carnaval. Él las trabajaba desde su niñez, y gracias a este arte ha tenido la oportunidad de viajar por el mundo. El 2 de enero de 1997 esta agrupación se constituyó legalmente como Asociación Folclórica Comparsa Selva Africana de Galapa.