El estropajo ha estado presente en los hogares costeños desde hace muchos años, y se estimula su uso por una serie de beneficios para la piel, el primero, la exfoliación.
Este elemento, derivado de la planta luffa, es una pieza casi infaltable en el aseo corporal.
Sin embargo, este utensilio del que se desconoce con exactitud su procedencia –se dice que se originó en China en el 600 a.C. o en Egipto durante la Edad Media– está quedando olvidado por las nuevas generaciones, aunque estas también se preocupen por el cuidado de su piel.
Pero, ¿si es bueno frotarse la piel con estropajo al bañarse? Muchos artículos en internet recomiendan el uso de esta esponja al momento de la ducha. Por esta razón, EL HERALDO consultó a dermatólogos barranquilleros para que corroboraran la veracidad de los beneficios que por décadas se le ha atribuido al objeto: ser un buen exfoliante para la piel, un relajante muscular y un anticelulítico.
Opinan los expertos
La especialista en piel Patricia Avendaño Tafur, desde su punto de vista profesional, cree que las propiedades que muchos dicen que posee el estropajo no son ciertas. Por el contrario, para la experta, el uso de este residuo de planta nació como una idea de negocio que ha permanecido viva hasta el sol de hoy.
Elvia Mendoza, de 76 años de edad, cuenta que desde joven su madre le recomendó que al bañarse se restregara con estropajo. Según la mujer, oriunda de San Juan del Cesar, con la esponja lograba limpiarse, purificar y suavizar su piel. 'En la medida en que se humedece y se enjabona, despercude. Eso pone la piel chévere, pero no en la cara, solo el cuerpo', relata Elvia.
Ella hace muchos años dejó atrás el uso del estropajo, pero aún sostiene que este es un producto efectivo, y recomienda sitios para conseguirlo. 'Todavía lo venden. Se consiguen en los salones de belleza', recordó.
Contrario a lo que afirma Elvia, la experta Avendaño dice no recomendar en 'ningún caso ni para ningún tipo de piel un estropajo, porque todo lo que friccione y sea abrasivo con la piel no es saludable', explica la especialista.
De acuerdo con Avendaño se encuentra la también dermatóloga Dubby Charris Alvarado. 'Entre mis productos sugeridos nunca va a estar el estropajo', reitera la experta barranquillera quien, además, confiesa que, a pesar de su sugerencia, aún muchos de sus pacientes, la mayoría de ellos mujeres, recurren a dicho implemento durante sus rutinas de aseo. 'Ellas me dicen que todos los días de su vida usan el estropajo. Sin embargo, su uso frecuente puede sensibilizar la piel y generar reacciones irritantes', afirma.
Según la especialista, este elemento cilíndrico tampoco debe ser usado por las personas que tienen pieles muy delicadas, los que son alérgicos o los padecen de dermatitis atópica.
Charris continúa explicando que la razón por la que no se debe utilizar este producto es debido al trauma que puede producirse por la fricción de la piel con el áspero objeto. Asegura la especialista que 'a raíz del baño con estropajo pueden generarse brotes de eccema' –lesiones en la epidermis que se caracterizan por el enrojecimiento, ronchas sobreelevadas y picazón–.
Con 81 años, Aura Cotes de Bermúdez cuenta que usó durante mucho tiempo el estropajo. Sin embargo, asegura la empresaria samaria que dejó de usarlo porque sentía que le maltrataba la piel. 'Lo utilizaba para restregarme bien, sacarme el mugre y quedar muy limpia. Pero el roce me lastimaba', recuerda Aura.
Sugerencias
Aunque desde el punto de vista médico no es recomendable exfoliarse la piel con esta esponja, no todo está perdido para quienes se sienten favorecidos usando con frecuencia un estropajo.
Las dos dermatólogas barranquilleras también coinciden en que quienes deseen recurrir a este elemento deben usarlo teniendo cuidado de no abusar de su uso.
Según Charris, el real beneficio que brinda esta esponja a la piel es que, debido a la fricción, ayuda a desprender las células muertas del cuerpo. 'Sobre todo en las áreas gruesas, como las plantas de los pies, las rodillas y los codos. Y esto facilita la renovación de la piel', precisa la especialista.
Esta dermatóloga barranquillera confiesa que otra de las virtudes de usar el estropajo es, según explica, que no penetra más que hasta la capa córnea de la piel. 'Lo que sí es cierto es que los masajes con estropajo mejoran mucho la circulación', revela Charris, quien concluye recordando que se debe mantener saludable la piel, 'barrera de protección más importante del cuerpo. Hay que tratarla con mucha delicadeza', enfatizó.
Comercio de estropajo
Recorriendo las calles del centro y del mercado de Barranquilla, aún se encuentran las esponjas cilíndricas colgadas en las esquinas de los estantes, para lograr mayor visibilidad.
Los comerciantes de este producto están de acuerdo con que el estropajo se está empleando cada vez menos para el aseo corporal y para otras actividades de limpieza en general. Pero, según ellos, la disminución de los compradores no se debe a la prevención con el elemento, sino por las alzas que ha venido teniendo su precio debido a la sequía, ya que la luffa debe cultivarse en medio de un clima húmedo.
Fadul Castellanos, quien lleva 25 años trabajando en el Centro de la ciudad, afirma que el precio del estropajo varió con respecto al año pasado. El vendedor cuenta que, en 2015, el valor oscilaba entre los 500 y 1.000 pesos, y este 2016 está entre los 1.000 y los 2.000, dependiendo del tamaño del cilindro.
'Subió mucho el precio del producto debido a la sequía. En enero ya debió estar lista la cosecha del estropajo, pero este año no ha habido', asegura el comerciante.
Margarita de León también lleva más de 20 años como vendedora en ese sector de Barranquilla y su relato coincide con el de Castellanos. Ella explica que la luffa requiere de abundante agua para crecer, 'y con la sequía se ha disminuido su producción', reitera la mujer, quien también ofrece el producto entre 1.000 y 2.000 mil pesos.
Al igual que en este sitio, los centros comerciales y almacenes de cadena, ubicados por toda la ciudad, ofrecen el estropajo dentro de sus productos de aseo personal. Pero, debido a que los potenciales clientes que arriban a estos lugares son de un nivel socioeconómico más elevado, la esponja sintética está más procesada y elaborada. Razón por la que su precio también se incrementa dentro de estos centros de comercio.
Estropajos de variados tamaños, colores y formas, pero en menor cantidad, se pueden encontrar ahora en estos lugares, donde su precio oscila entre los 8.900 hasta los 17.900 pesos.
Ana María Araújo, de 68 años de edad, recuerda que usó frecuentemente y durante su juventud el estropajo. En esa época, ella requería el cilindro para 'despercudirme en el baño. Duré mucho tiempo utilizándolo'. Sin embargo, cuenta la mujer, que después de varios años se le dificultó encontrar sitios donde vendieran el producto y desistió de su uso.
A pesar del tiempo que lleva Ana María sin ducharse con estropajo, ella continúa asegurando que es muy efectivo y que 'despercude más que las esponjillas que venden ahora'.

Del cultivo al comercio
Aproximadamente cuatro meses tarda en dar fruto el cultivo de luffa, planta de la que se deriva el estropajo. El proceso de siembra comienza con la adecuación del terreno, que consta de su arado y de la elaboración de una enredadera. La tierra se abona y se siembran las semillas. Cuando el cultivo empieza a florecer, el agricultor debe recoger diariamente el fruto. El producto cambia de color de verde a un tono amarillo, y va tomando rigidez, por ello debe ser introducido por cuatro días en tanques de agua para ablandar la fibra. Una vez esté suave la esponja, el cultivador debe pelarlo e iniciar la limpieza de los residuos. Entre mil y dos mil pesos, dependiendo del tamaño, oscila el precio del estropajo tradicional en el mercado.
Variedades
El estropajo puede encontrarse en el mercado en diferentes presentaciones. Luego de ser procesada la planta de luffa, el cilindro puede ser variado en su tamaño, forma, color y hasta olor, para amoldar el producto al gusto y la necesidad del cliente. En el Centro de Barranquilla es común ver este objeto en su tradicional forma de pepino, mientras que en centros comerciales los hay moldeados como cuadrados, óvalos y hasta corazones de diferentes tonos.