El 2 de julio de 2013, en Bogotá, Carolina Castro de Bergerot, una de las dueñas de la agencia Grupo4, firmaba a una de las caras más reconocidas del modelaje nacional. Ariadna María Gutiérrez Arévalo, nacida en Sincelejo, Sucre, y con cédula de ciudadanía expedida en Barranquilla, estampaba su rúbrica y huella en un documento de ocho páginas que significa su contrato de representación artística.
Son esas ocho páginas de las que Ariadna se queja. Las que, en sus palabras, tienen 'secuestrado' su 'futuro profesional', y que, según publicó ella misma en su cuenta de Facebook, solo fueron válidas 'hasta antes de entrar al Concurso Nacional de Belleza'. Sin embargo, la agencia de modelaje ha refutado estas afirmaciones al sacar a relucir la exclusividad que Gutiérrez firmó con ellos.